Periodista
El 2025 dejó una marca incómoda para un equipo históricamente identificado con el gol. River Plate convirtió 72 tantos en 54 partidos, un promedio de 1,33 por encuentro, un número bajo para los estándares del ciclo Gallardo y que terminó impactando de lleno en los resultados. La eliminación ante Racing fue el punto final de una temporada que expuso el problema sin maquillajes.
El diagnóstico del entrenador no apunta a la falta de jerarquía arriba, sino a la escasez de juego en la gestación. En ese contexto, el Muñeco planea sostener como base ofensiva al tridente que ya conoce y que en algunos tramos funcionó: Maxi Salas, Sebastián Driussi y Facundo Colidio. A ese núcleo se le sumarán juveniles que ya entrenan con el plantel profesional y, más adelante, un refuerzo que complete la zona.
Los números sostienen la preocupación. En la primera mitad del año, River disputó 29 partidos y se fue sin goles en ocho. En la segunda, la tendencia no cambió: 25 encuentros, diez sin convertir. Aunque el promedio fue levemente mejor en el inicio de la temporada, el déficit ofensivo se mantuvo constante y derivó en rachas negativas poco habituales para un equipo de Gallardo.
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Durante el año, el DT buscó variantes de todo tipo: dos delanteros, tres atacantes, un solo punta acompañado por volantes ofensivos. Ninguna fórmula logró continuidad. En el fondo, la convicción siempre fue la misma: sin recuperación rápida, sin transiciones limpias y sin volumen desde el mediocampo, los delanteros quedan lejos del área y el gol se vuelve una rareza.
No es casual que las primeras incorporaciones hayan sido Fausto Vera y Aníbal Moreno, dos futbolistas pensados para corregir ese origen del problema.
Gallardo no parece inquieto por los registros individuales de sus atacantes. Entre todos marcaron 33 de los 72 goles del equipo, casi la mitad del total. Driussi aportó 10, Colidio 9, Salas 4 e Ian Subiabre 2, cifras que el cuerpo técnico valora como un piso posible de crecimiento si el funcionamiento mejora.
Incluso la salida de Miguel Borja, autor de 8 tantos, responde más a una cuestión de estilo que de números. Sin olvidar que tuvo que echar mano a chicos de inferiores como Bautista Dadin, Agustín Ruberto y Ezequiel Freitas, que sumaron minutos este año por este drama de que el gol costaba y que hubo muchas lesiones entre los delanteros.
El River que se proyecta hacia 2026 busca reconstruir su identidad desde el medio para liberar a los de arriba. El gol, entiende Gallardo, llegará después. De todos modos, no descarta un delantero en la nómina de caras nuevas, y ahí está el nombre de Tadeo Allende. Pero mientras tanto se viene una pretemporada con mucho trabajo táctico con los nombres mencionados para encontrar un funcionamiento ofensivo que estuvo ausente en todo el año.
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