La vida de Diego Maradona es un tema de interés nacional del que todos opinan hace más de 40 años en la calle, en los medios de comunicación y hoy en las redes sociales, entre los que lo adoran y los que lo aborrecen y hasta le desean el mal por su forma de ser fuera de una cancha de fútbol. Y justamente ese andar siempre al límite que le trajo tantos detractores, también lo hizo vivir más de una situación delicada de salud y más de una vez al borde a la muerte.
Con el ídolo internado y a la espera de la operación por un hematoma subdural en el costado izquierdo de su cabeza a manos de su médico personal Leopoldo Luque, es imposible no recordar otros episodios que preocuparon a los millones de argentinos que lo endiosan y, sobre todo a su familia, que más allá de las diferencias que puedan existir siempre quieren lo mejor para él. Los problemas de nutrición en su humilde infancia, su adicción a las drogas y sus constantes y peligrosos cambios de peso nunca lo ayudaron a estar saludable y conforman su amplio historial médico, más allá de las lesiones que sufrió como futbolista profesional.
Hepatitis en 1982
Si Maradona no terminó de brillar en sus dos temporadas en Barcelona fue porque primero se enfermó de hepatitis a fines de 1982 y cuando regresó a las canchas poco tiempo después sufrió la fractura de su tobillo de la pierna izquierda por la recordada entrada de Andoni Goikoetxea en un partido frente al Athletic Bilbao.
Primer doping positivo en 1991
Ya campeón del mundo con la Selección argentina e ídolo absoluto en Napoli, luego de un partido por la Serie A ante Bari, Diego se somete al control antidopaje, da positivo por cocaína y recibe una sanción de 15 meses. Por primera salen a la luz públicamente sus problemas de adicción.
Internado en Punta del Este en 2000
Maradona estaba de vacaciones en Uruguay cuando debió ser trasladado de urgencia a una clínica con una crisis hipertensiva y un cuadro de arritmia ventricular provocado por el consumo de drogas. “Me encontré un hombre muriendo”, aseguró Jorge Romero, el médico que lo asistió. Su cuerpo le estaba avisando.
Otra vez problemas cardíacos en 2004
Luego de unos años en Cuba donde llevó adelante su rehabilitación por su adicción a las drogas, de vuelta en Buenos Aires en abril de 2004 Diego estuvo al borde de la muerte por una crisis hipertensiva, con un cuadro basal de cardiopatía dilatada agravado por una infección pulmonar.
Bypass gástrico en 2005
Las subidas y bajadas de peso en la vida de Maradona son una constante, incluso en su época de futbolista, pero tras estar realmente muy excedido y con los antecedentes cardíacos que podían complicarse por su obesidad, en 2005 se sometió a un bypass gástrico, bajó más de 50 kilos y se lo vio mejor que nunca en su programa "La Noche del 10".
Exceso de alcohol y hepatitis en 2007
Diego se interna en el Sanatorio Güemes para tratarse por sus excesos con el alcohol ya que se le diagnosticó hepatitis química, aguda y tóxica que le provocó una inflamación del hígado. Estuvo ingresado un par de semanas y a 48 horas de recibir el alta tuvo una recaída.
Show en Rusia 2018 y el audio fake sobre su muerte
Diego vivió con intensidad extrema el partido entre Argentina y Nigeria que terminaría dándole la clasificación agónica a la Selección a octavos de final. Tanta emoción le provocó una descompensación y circuló un audio malintencionado en las redes que aseguraba que Diego había fallecido.
Artrosis y dificultad para caminar en 2018
Cuando era DT de Dorados en México, un video en el entrenamiento de su equipo llamó la atención del mundo al dejar en evidencia sus problemas para caminar con tan solo 58 años. A mediados de 2019 se sometió a una intervención en la Clínica Olivos donde le colocaron una prótesis especial en la rodilla derecha para combatir sus problemas de movilidad y que hasta el día de hoy ejercita para rehabilitarse.
Mezcla de ansiolíticos y alcohol
Hace años que sus problemas de dicción son evidentes y fuentes cercanas al jugador reconocieron hace tiempo que consumía ansiolíticos y alcohol para mantenerse alejado de una posible recaída a las drogas. Un cóctel de Alplax y champán que parecería dejarlo en “slow motion”.