jueves 12 de diciembre del 2024
Mundo Independiente

La última función de Bochini, un genio en estado puro que todavía provoca emoción

En el homenaje que le hicieron en el estadio del Rojo, que ahora lleva su nombre, el Bocha la rompió. Con 67 años, hizo un gol increíble. Video.

Bochini vuelve a jugar.

-Voy.

-Va a ser un amistoso, un partido de veteranos.

-Voy.

-Pero tiene 67 años.

-Voy.

-¿Cuánto tiempo podrá jugar, diez minutos?

-No me jodas. Voy.

 

Pasión bochinesca

Es un cuento de Sacheri, no se puede entender de otra manera. Si hace treinta años que largó el fútbol, si es un picadito que se armó como parte del festejo para ponerle su nombre a la cancha, si apenas puede trotar sobre el césped. ¿Por qué, entonces? ¿Por qué este tipo me sigue emocionando hasta las lágrimas? ¿Por qué hace un gol y en la tribuna Sur nos abrazamos con mi amigo Diego y lo gritamos como si estuviera definiendo una final?

Es inexplicable, la pasión bochinesca es inexplicable. Lo sé, estoy convencido de eso, pero igual se lo intento explicar al pibe que está dos escalones más arriba y que tiene una camiseta ochentosa, Mita en el pecho, el 10 en la espalda. Para este pibe, el Bocha es una leyenda, un jugador del que le contaron, un video en youtube. Por eso este domingo vino temprano porque la leyenda iba a jugar. Y lo vio.

El pibe vio por primera vez, y tal vez por última, de lo que es capaz un jugador que mantiene la magia en el botín derecho. La pelota le llegó a Bochini al borde del área y el Maestro, que todo lo ve, vio al arquero adelantado y vio a un defensor que cerraba, entonces hizo lo había hecho otras veces: le pegó de primera, por arriba del arquero, para que la pelota entrara apenas rozando el travesaño y que el defensor no llegara a despejar.

-Pibe, disfrutá de esto, vos que nunca lo habías podido ver.

-¡Este Bocha es un fenómeno!

-¡Viste! Tenés que tener consciencia, hoy es un día histórico.

Otra genialidad

Se sabe: cuando se organiza un tributo a un ex jugador todo se confabula para que el homenajeado se luzca. Los rivales y hasta los árbitros se suman a la farsa para que ese ex jugador sea el centro de la escena. Nada de eso ocurrió en el golazo que este domingo hizo el Bocha. No hubo un arquero cómplice y ni un defensor distraído. Sólo una pincelada de genialidad. Sin esforzar demasiada mi frágil memoria, recuerdo tres goles parecidos que hizo el Bocha: a Talleres en la final del Nacional ‘77, a Estudiantes por la Libertadores del ‘84 y dos años después a Racing. Todos por encima del arquero, todos con toques sutiles y precisos. Todos decisivos e inexplicables.

 

Pura emoción

Además de ese golazo hubo otro de penal, una vuelta olímpica con el brazo derecho levantado, un video con mensajes de ex compañeros e hinchas famosos, dos canciones con Cucho de los Decadentes y las palabras de agradecimiento del Maestro en el círculo central de su cancha. Pero, sobre todo, hubo emoción. Una emoción que atravesó generaciones, que no sólo afectó a veteranos nostálgicos. 

 

La última función

Este gol a los veteranos de San Lorenzo fue el definitivo. Esta vez, sí: el último. Señores de las estadísticas, amantes de las efemérides e historiadores, modifiquen sus excel: Ricardo Enrique Bochini se retiró el domingo 5 de diciembre de 2021.

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