Una enfermera aseguró ante la Justicia que durante un turno que atendió al astro del fútbol Diego Maradona en su casa de Tigre lo vio hinchado y que el 10 le advirtió sobre la inflamación en una de sus piernas.
"Mirá cómo tengo la pierna", fue la frase que recordó Tamara Mansilla, una enfermera que atendió a Maradona sólo el día 12 de noviembre, en su declaración ante los fiscales y expuso a sus compañeros imputados en la causa al asegurar que sólo trabajó una jornada porque no se sentía cómoda, porque no podía cumplir con su función adecuadamente.
En ese sentido, señaló que el entonces técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata "estaba preocupado porque tenía la pierna hinchada".
"Independientemente de que lo asenté en la planilla, avisé a través del grupo de WhatsApp de nombre `Tigre´ y a Mariano (Perroni), el coordinador de enfermería", indicó Mansilla. Pero el dato más importante que aportó la enfermera es que se diferenció respecto a algunos de sus colegas, sobre todo de Daiana Madrid, quien está imputada y a quien se le negaba el acceso a Maradona así como tomarle los signos vitales.
La enfermera explicó que sólo atendió un día a Maradona: "Me informaron que iban a poner a otra persona en mi lugar y yo estuve de acuerdo porque no deseaba continuar yendo, me pagaron la guardia y ahí se terminó mi función laboral. Yo no quería volver porque era una persona que rechazaba la atención, no dejaba que lo acompañe al baño, tampoco quería que lo agarre, no obstante a eso le pude tomar los signos vitales".
"No me dejaba que lo ayude a subir a la cabecera de la cama, me decía `no me toques que me fastidio´, no se me dio la oportunidad de brindarle la atención profesional adecuada. En un momento le ofrecí cambiarle la ropa y no me dejó. Yo no me sentí cómoda en mi función, tampoco me parecía bien que me quede en la cocina mientras el paciente estaba en la habitación, pero él no me permitió que me quede ahí dentro con él. No me dejaba que lo ayude a ingresar al baño, el cual no se encontraba en buenas condiciones", agregó.
Además, aclaró: "Como todo cuidado domiciliario, lo que correspondía era que me quede en la habitación junto con él, pero Diego no quería. Es más, él se levantaba y ni siquiera avisaba, si se caía no te enterabas. Por eso, me quedé cerca de la habitación, en la cocina".