jueves 28 de marzo del 2024
Copa Sudamericana

Sosa, el héroe de Bahía, volvió a salvar a Independiente

Independiente rescató un punto de Brasil gracias al arquero Sebastian Sosa, que volvió a atajar un penal. Con este punto, el Rojo se mantiene como líder del Grupo B de la Copa. Video.

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Tan Independiente que duele. El 2-2 ante Bahía, en Brasil, por la Copa Sudamericana tuvo todos los condimentos posibles de un equipo impredecible y de un club incontrolable. Y en medio de ese caos generalizado, un héroe: Sebastian Sosa.

En este partido hubo jugadores deportados por covid, maltratos en el aeropuerto, un técnico que habitualmente trabaja como entrenador de arqueros, un empate que en la previa se valoraba pero que después de ir ganando 2-0 fue como una maldición, la incertidumbre de un partido que parecía ganado, la maldición por un equipo que sufre y hace sufrir, y un punto que, después de todo, sirvió para que Independiente siga primero en el Grupo B de la Copa.

Ese punto que Independiente rescató en medio del caos tiene nombre y apellido: Sebastian Sosa, que atajó un penal cuando faltaban cinco minutos. Si el héroe de la jornada no se hubiera quedado con el disparo de Gilberto el liderazgo en la tabla sería de Bahía. 

Ahora Independiente descansa en la confianza que le da los dos puntos de diferencia que mantiene con su escolta. Una ventaja que logró a fuerza de sufrimiento y tensión, nunca como consecuencia de un momento relajado y bajo control. Todo muy Independiente.

Tan disparatado fue este partido que Diego Segovia, el cuarto arquero, tuvo que salir en el banco de suplentes, y el buzo de director técnico se lo puso César Velázquez, el entrenador de arqueros.

Claro que entre corridas, malos entendidos y tensión, apareció la figura de Sosa. El uruguayo tuvo una salvada espectacular en el primer tiempo, cuando el partido todavía iba cero a cero. Y la del final, cuando abrazó la pelota que partió del derechazo de Gilberto. 

A fuerza de sufrimiento el Rojo avanza. Sigue arriba, con dos puntos de diferencia, y cierra los últimos dos partidos en Avellaneda, ahí donde ningún policía bolsonarista maltrata jugadores.

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