domingo 01 de diciembre del 2024
CAMPEÓN EN SAN JUAN

Sabalé, sabalé: que todo el mundo grite ¡dale negro!

Colón está de fiesta. Y si sus hinchas pudieran juntarse, sin dudas que los festejos serían con la música de Los Palmeras de fondo. El equipo de Domínguez fue un merecido campeón, y su logro se explica en algunos nombres.

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Sabalé, sabalé. Hay pandemia, no hay hinchas en las tribunas, no se puede festejar en las calles, pero si todo eso se pudiera, sin dudas que estaría sucediendo con la música de Los Palmeras de fondo. En cuarentena, Colón está de fiesta. Y a diferencia de aquella mítica caravana hacia Paraguay hace dos años, que terminó en frustración por la derrota en la final de la Sudamericana, esta vez solo hay lugar para la emoción.

¡Colón es campeón! Y vale la pena destacarlo: el Sabalero le ganó 3-0 a Racing y obtuvo el primer título de su historia en Primera División. El primero en 116 años: merecido por todo lo que hizo el equipo de Eduardo Domínguez en esta Copa de la Liga Profesional. Terminó como líder de su grupo y luego homologó esa superioridad en los playoff.

El resultado de esta alegría sabalera tiene algunos apellidos que lo explican: Leonardo Burián, Christian Bernardi, Alexis Castro, Rodrigo Aliendro y, obvio, Luis Rodríguez deben mencionarse de manera obligatoria.  

 

El Pulga no ofreció ninguna magia de las que acostumbra hacer, pero en la final aparecieron los más jóvenes. El primer gol de Colón lo empezó y lo terminó Aliendro. El delantero la recuperó en mitad de cancha y ahí inició el camino. La pelota se fue corriendo del centro a la derecha, y desde ese sector Facundo Mura sacó un centro hermoso: fuerte, rasante pero no tanto, con la curva necesaria para que se alejara de los defensores y Aliendro lo anticipara.

El segundo fue una pincelada de Bernardi, que avanzó, tocó, recibió y se la picó al Chila Gómez.  Una pincelada similar aportó Castro para sellar el 3-0: dentro del área luego de un rebote que le quedó, amagó, puso el borde interno y metió un golazo.   

¿Racing? En algún punto, sus hinchas sabían que este resultado podía suceder. Perdió otra vez feo en una final, como con River en la Supercopa jugada en Santiago del Estero. Tendrá que esperar para su título 38 (tiene 18 de Liga, 13 de Copas Nacionales y 6 Internacionales).

El equipo de Juan Antonio Pizzi fue superando instancias por el combo de solidez, suerte y penales, pero en la final se impuso el mejor equipo. Fue justo que Colón haya ganado no solo porque juega mejor y ofrece más, sino porque este Racing no merecía levantar el trofeo.

Porque mejoró mucho en este mes y revirtió un escenario adverso en todo sentido. Consolidó a su defensa y ajustó algunas tuercas, pero nunca dejó de lado la mezquindad como una de sus características primarias. El Racing de Pizzi llegó a la final sin haber convertido goles en los partidos previos, algo que podría reflejar esa condición.

Y todo lo bueno que había mostrado –solidez defensiva, sobre todo- se derrumbó en San Juan: Colón supo dónde y cómo atacarlo. Y así construyó el festejo que llevó guardado 116 años. Por esto, aunque haya pandemia, que empiecen a sonar Los Palmeras. Y que el sabalé, sabalé suene hasta la eternidad.

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