sábado 20 de abril del 2024

La interna en la barra de Quilmes

La feroz agresión de ayer es otro capítulo en esta lucha de poder. Una historia que salpica a Aníbal Fernández y hasta un velatorio en la tribuna.

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La salvaje agresión a Marito Becerra es otro (sangriento) capítulo en la lucha de poder que se da dentro de la barra de Quilmes entre las dos facciones que se disputan el poder: por un lado La banda de Osvaldo Dedo Becerra, histórico líder y padre de la víctima, y La banda de Ramiro (Bustamante). Una historia que involucra a Aníbal Fernández, enfrentamientos a los tiros y hasta un velatorio en la tribuna.

Según publica el Diario Olé, Osvaldo Dedo Becerra, es un histórico puntero de Quilmes, con militancia gremial en la UOCRA y viejo conocido de Aníbal Fernández. Una relación que el propio presidente de Quilmes y Senador ha reconcido en varias oportunidades.

Durante años Becerra ostentó el poder de la barra Cervecera. En forma paulatina le fue cediendo el terreno al sector de Los Alamos, liderado por José María Fernández. Un grupo que se caracterizó siempre por la violencia en la tribuna.

La gente de Los Alamos protagonizó un episodio macabro: en octubre de 2012 y con el aval de la dirigencia quilmeña armó un cotejo fúnebre en la tribuna en medio de un partido de reserva. El velorio incluyó tiros al aire y pintadas en los alrededores de la cancha.

De a poco fue creciendo el poder del sector del barrio El Monte, liderado por Ramiro Bustamente. Olé destaca que el presidente Fernández le llegó a aplicar el derecho de admisión al jefe de la barra disidente. Sin embargo, Bustamente terminó imponiéndose.

En abril del año pasado, esta facción y la de Becerra protagonizaron un tiroteo antes de un partido con River por el control de los puestos de choripán, panchos y merchandising.

El año pasado Ramiro Bustamante cayó preso y la gente de Dedo intentó volver a manejar la tribuna. Desde ese momento, la barra de Quilmes suele ser noticia por los diferentes episodios de violencia que ayer mostraron un capítulo más. Ojalá sea el último. Difícil.