viernes 29 de marzo del 2024

¿Cómo enfrenta el fútbol la violencia de género?

El novedoso contrato que le hizo firmar Velez a Centurión aparece como la primera respuesta firme desde los clubes.

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Ricardo Centurión volvió a ser noticia. Esta vez no hubo denuncias, pleitos en boliches ni peleas con compañeros. Centurión se incorporó al plantel de Vélez Sarsfield, pero lo novedoso no fue solo su regreso al fútbol argentino. El jugador, denunciado en 2017 por su ex pareja, será el primero en tener una cláusula que prevea un accionar frente a situaciones de violencia de género en su contrato.

De esta manera, cuando la semana que viene firme su contrato con el club de Liniers, deberá atenerse al protocolo de acción institucional en casos de violencia de género, acción, hostigamiento y abuso sexual, y, caso contrario, la institución tendrá la facultad de rescindir el contrato. ¿Es suficiente una medida de ese tipo? ¿Es un primer paso o no termina de cambiar la situación? Para responder a esos interrogantes hace falta pensar los antecedentes y ver cómo surge esta iniciativa.

"Nosotros estuvimos desde el primer momento en desacuerdo con que Centurión integre la nómina de jugadores del club, y después de dialogar varias veces con el presidente y cuando ya estaba tomada la decisión futbolística de que ingrese, lo que pedimos fue que en el contrato hubiera una cláusula que dijera que tiene que respetar el protocolo de acción institucional para casos de violencia de género", le explicaa PERFIL Paula Ojeda, directora del area de Violencia de Género de Vélez.

En abril de 2018, Vélez se convirtió en el primer club en tener un área de violencia de género y, desde ese día, viene trabajando con capacitaciones, charlas y distintas acciones para adentro y para afuera de la institución. "Uno no puede evitar los casos porque no depende de uno sino de la persona, sea jugador de fútbol, taxista, empresario o lo que sea. Sí podemos hacer el trabajo de prevención que venimos haciendo", dice Ojeda.

Hay algo que deja en claro que la medida tomada por Vélez no es una mera cláusula en el contrato de un jugador con antecedentes sino que es un puntapié para un cambio. Es que a partir de este caso todos los nuevos contratos que firme el club con algún jugador tendrán la misma cláusula, algo inédito en el fútbol argentino y en el mundo. "Se contactaron conmigo de distintos países para entrevistarme y consultarme por el tema y eso me hace medir que es algo inédito a nivel mundial", precisa Ojeda.

"Esto tiene que ver con la decisión política de la dirigencia de Vélez de hacerse cargo de determinadas situaciones". Y, justamente, decisión política es lo que ha faltado a lo largo de todo este tiempo, pero algunos cambios empiezan a mostrar que, por conveniencia o por voluntad, se están llevando a cabo distintas medidas. A fines de 2019, la AFA anunció la creación de su Departamento de Equidad y Género, acompañando así la incorporación de áreas de género que muchos clubes han hecho en sus estructuras y la creación de protocolos contra la violencia de género, con el caso de Rosario Central a la vanguardia: el club rosarino incorporó también la figura de las disidencias sexuales como víctimas. Lo que sigue pendiente es la participación de las mujeres y las disidencias en los espacios de decisión de las comisiones directivas.

Sin embargo, a pesar de estos avances, cada vez que un jugador recibió una denuncia por violencia de género, las respuestas de las autoridades de los clubes han sido muy pobres. Y no puede decirse que las dirigencias no están en condiciones de asesorarse para saber cómo manejar estas situaciones. En la actualidad argentina, ningún sector puede ser impermeable a los avances del movimiento de mujeres y diversidades en nuestra sociedad. Los motivos tienen una lógica patriarcal y machista, parte de una tradición en la historia de nuestro fútbol que, lamentablemente, sigue vigente. Porque no hablamos de casos lejanos en el tiempo. A fines de noviembre de 2019, Jonatan Cristaldo, futbolista de Racing, fue denunciado por su pareja por haberla golpeado y arrastrado. El club decidió darle una licencia temporal por cinco días al jugador para “colaborar con la investigación y el pronto esclarecimiento de los hechos denunciados”. Luego de eso, Cristaldo volvió a los entrenamientos y a jugar. Todo siguió como si nada.

Está claro que no hay una responsabilidad única, son varios los actores que forman parte y que han colaborado para que muchos casos de violencia de género en el fútbol argentino queden impunes y no hayan sido abordados como correspondía. Pero como sucede en todos los planos de la sociedad y no solo en el fútbol, los medios de comunicación juegan un papel fundamental.

Luego de que a fines de diciembre pasado se conociera que dos jugadores de Huracán fueron denunciados por abuso sexual en Córdoba, el diario Olé, el único diario deportivo impreso de tirada nacional, comenzó el artículo que daba cuenta del hecho de una manera que fue ampliamente repudiada: "Las noticias no son buenas para Huracán".

Esta práctica es algo que se repite en las coberturas de Olé: plantear que una denuncia por violencia de género es un problema para el denunciado. En 2013, cuando Alexis Zárate, por entonces jugador de Independiente, fue denunciado por violación por la pareja de su compañero Martín Benítez, el diario dijo en una nota que era una “fea situación” para los jugadores y en otra publicó que el técnico de Independiente era “un líder de grupo en serio” porque “no defendió ni tiró a los leones a los jugadores que tienen semejante problema”.

Por último, pero no menos importante, aparece el accionar de la Justicia. Y esto, en base a algunas condenas recientes, pareciera que también está cambiando. Dos jugadores denunciados, el mencionado Alexis Zárate, y Jonathan Fabbro, fueron condenados a 6 y 14 años de prisión respectivamente, luego de que se probaran los sendos delitos sexuales que cada uno cometió.

Tener en cuenta las violencias simbolicas y los estereotipos

Por Guillermina Gordoa*

Cuando hablamos de violencia de género en el sentido amplio, como lo plantea la ley, tenemos que tener en cuenta todo lo que son las violencias simbólicas y los estereotipos. Seguimos teniendo un deporte que se consolida sobre las bases del binarismo, por lo cual hay todo un debate para dar en torno a las diversidades, ya que no es solo mujeres y varones.

En todas las cuestiones de género, la base y la raíz es social y cultural. Hoy estamos todos y todas atravesados por esto y la construcción de la masculinidad en el deporte es algo que tenemos que trabajar. Que lo pongamos en debate es parte de esa deconstrucción.

También tenemos que trabajar en cómo se traducen las microviolencias y machismos en el ámbito del deporte y cómo son las medidas de atención y los protocolos que hay que tener para determinar cuáles son los procedimientos adecuados para una atención integral.

Desde la Secretaría de Deporte se va a avanzar con un protocolo, pero serán protocolos en los que todos los actores del mundo del deporte sientan que son parte de las decisiones y que lo pueden implementar también, porque no se trata solo de un protocolo hacia el interior de la secretaría, sino también en todo lo que es el mundo del deporte, los clubes, las federaciones y el deporte social.

* Licenciada en Psicología. Estará a cargo de las políticas de género, mujeres y diversidad de la Secretaría de Deporte de la Nación.

Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.