En una de las entrevistas que concedió esta semana, Daniel Angelici dijo que se siente respaldado por el hincha de Boca. “En la calle me dicen ‘presidente, usted trajo todo lo que le pidieron’”.
Suena verosímil. Son varios los que al analizar el último lustro de Boca ponen el foco en los cuerpos técnicos y los jugadores. Desligan, avalando la coartada de las compras, a la dirigencia.
El problema es encontrar mérito ahí donde en realidad hay falta de gestión.
Satisfacer constantemente pedidos de entrenadores, injertando cinco o seis futbolistas en cada mercado de pases, refleja, en realidad, que la dirigencia de Boca entiende poco de fútbol. Que no ha asumido la planificación de una estrategia deportiva. Que se entregó al gusto del entrenador de turno.
La derrota con River en Madrid sintetiza esta cuestión. Boca jugó la final más importante de su historia con un solo volante en el banco de suplentes, Fernando Gago. Además estaba Leonardo Jara, que desde hace rato se desempeña como defensor.
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Los dos ingresaron para sostener el mediocampo en el alargue, en un momento crucial del partido. Uno se lesionó gravemente y el otro exhibió falta de ritmo y oficio, a pesar de que casi consigue un empate que hubiera sido un milagro.
Ese Gago y ese Jara del Santiago Bernabéu son, al fin de cuentas, consecuencias de una postura de la dirigencia de Boca. El tiro en el palo del final se aprecia simbólicamente como el resultado de una decisión política.
La paradoja de contar falencias como virtudes se trasladó al plantel. Pablo Pérez, último capitán del ciclo de Barros Schelotto, reveló días después de la final que contra River jugó lesionado desde los diez minutos del primer tiempo.
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No fue una excusa, más bien un mensaje para el hincha. Pérez quiso dejar en claro su calvario. Sin embargo generó el efecto contrario, algo que no era difícil de prever ¿Pensaba el capitán de Boca que aclarando lo de su lesión iba a suavizar la crítica?
Sus dichos avivaron la bronca y hoy, por las compras de Jorman Campuzano e Iván Marcone, se encuentra con un pie y medio afuera del club. Ese capitán también es responsabilidad de los dirigentes.
Lo peor es que el criterio de Angelici penetró en cientos de hinchas. Son hinchas que valoran el trabajo de la dirigencia de acuerdo al mercado de pases. Hinchas que reclaman refuerzos en redes sociales. Hinchas devenidos en especialistas en finanzas y TMS.
Hinchas del Deportivo Comprar.