La tenista holandesa Kiki Bertens salió de la pista 14 de Roland Garros en silla de ruedas con el cuerpo paralizado por los calambres tras derrotar a la italiana Sara Errani luego de más de tres horas de batalla en el partido correspondiente a la segunda ronda del torneo parisino.
Muslos, brazos, e incluso dedos: todo el cuerpo de Bertens parecía sufrir, durante el partido o sentada en su silla entre juegos. El resultado final, de 7-6 (7/5), 3-6, 9-7, da muestra de lo duro que resultó el partido para ambas tenistas.
Ni la intervención de los servicios médicos ni los masajes parecieron aliviar sus molestias. Así que la holandesa terminó por abandonar la cancha en silla de ruedas no sin antes proferir un último grito de dolor desgarrador. Si se recupera a tiempo, se medirá con la checa Katerina Siniakova por un puesto en octavos de final.
Guts and grit. That was some effort, @kikibertens.
— Roland-Garros (@rolandgarros) September 30, 2020
The 2016 semi-finalist into the third round with a marathon 7-6(5) 3-6 9-7 win over Errani.#RolandGarros pic.twitter.com/xkSHc8qJ4k
Horas después de su partido, la quinta cabeza de serie iba "mucho mejor". "No sé lo que tenía exactamente", explicó después de someterse a 45 minutos de cuidados. "No me sentía bien, tenía calambres como todo el mundo pudo ver, pero era extraño porque no me sentía cansada y aunque sudaba mucho tenía frío", contó la holandesa.
Pero su rival italiana no vio sus problemas físicos bajo el mismo prisma. "Durante los puntos ella no tenía ningún problema, sólo era entre un punto y otro", afirmó la italiana, reprochando a su rival exagerar sus molestias. "En un momento estaba lesionada y en otro corría como un conejo", añadió la finalista de la edición 2012 visiblemente molesta durante el extenso partido que incluyó burlas, saques de abajo e incluso abandonó el estadio sin saludar a la ganadora.