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La Selección tuvo su noche dorada en el Monumental, goleó por 4-0 a Ecuador en la quinta fecha de las Eliminatorias y quedó como único líder.
En un encuentro como pocos, la Argentina dominó claramente el partido y superó con plena contundencia a un combinado ecuatoriano que no pudo frenar a las individualidades del equipo de Alejandro Sabella. Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Lionel Messi -la figura- y Angel Di María fueron los autores de los goles.
Llegando a los 20 minutos del primer tiempo llegó el primer impacto argentino. Agüero, en el día de su cumpleaños número 24, recibió una exquisita asistencia de Di María y definió a un costado del arquero Domínguez. La conquista debió haber sido anulada por posición adelantada, pero ni el asistente ni Victor Rivera advirtieron el offiside.
Ecuador sintió el golpe y enseguida recibió el segundo tanto porque Messi encaró en velocidad desde la mitad de cancha dejó solo a Higuaín. El Pipita, que había desperdiciado una clara situación, no volvió a fallar y la Argentina ya estaba 2-0.
Pero habría más. No pasaron tres minutos y una perfecta combinación entre Messi e Higuaín terminó con una perfecta definición del jugador del Barcelona. Se jugaba media hora de partido y la Selección ya había liquidado el partido. Ni bien marcó el tercero, el rosarino se puso la pelota debajo de su camiseta para confirmarle al mundo que espera un bebé junto su novia Antonella Rocuzzo.
En el segundo tiempo, Ecuador intento a través de Jefferson Montero el descuento, pero su propia ineficiencia a la hora de batir a Sergio Romero impidió algún contratiempo. En la réplica, Agüero se fue solo ante Domínguez y cuando parecía que el árbitro había marcado penal, llegó la amarilla para el Kun -llegó a su segunda y no jugará ante Paraguay- por simular.
La gente celebraba el buen juego argentino que tuvo más situaciones de gol, siempre a partir de los pies de Messi, quien generó la jugada del cuarto tanto. La Pulga apiló tres jugadores ecuatorianos y su remate terminó bloqueado aunque la pelota le quedó a José Sosa, que envió un centro para que Di María ejecutara una volea de zurda se metió al lado del palo de Domínguez.
Fue el final perfecto para una noche de fiesta en el Monumental. Argentina, que tendrá fecha libre, mira a todos desde arriba y vuelve a enviarle un mensaje a sus rivales. El tridente ofensivo funcionó a la perfección y pese a algunos sobresaltos defensivos, el equipo comienza a engranar.
