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Con el apoyo de los hinchas, el Racing de Santander cumplió su amenaza renunció a jugar la vuelta de los cuartos de final de Copa del rey ante la Real Sociedad por su enfrentamiento directo con su propia directiva.
Los jugadores, en la semana, habían advertido que que no jugarían el partido si no dimitía la directiva presidida por Angel Lavín después de cinco meses sin cobrar sueldos.
Los dirigentes no renunciaron a su puesto y los jugadores locales cumplieron su palabra.
Fue así que el Racing saltó al campo y respetó cada paso antes de cada partido: se saludaron los capitanes de los equipos y el árbitro, Gil Manzano, ordenó el comienzo del encuentro.
Sacó del centro del campo la Real Sociedad, que previamente había conocido las intenciones de sus compañeros, y tiró el balón fuera voluntariamente. El Racing se negó a poner el balón en juego y el árbitro ordenó el final del encuentro a los 57 segundos.
Los futbolistas del Racing se abrazaron en el centro del campo bajo la lluvia y recibieron la ovación de su hinchada al grito de "esta camiseta sí la merecéis" y "directiva dimisión".
El Racing soporta una situación de tensión enorme desde el comienzo de temporada por los impagos y las denuncias de la prensa de escándalos relacionados con presuntos hechos delictivos de la directiva.
"Es una cuestión de dignidad. Lo estamos pasando muy mal y estamos secuestrados por unos dirigentes que no nos pagan. Al menos sabemos que Santander y toda España está con nosotros", afirmó el arquero Mario Fernández, capitán del Racing.
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