martes 30 de abril del 2024

La barra del Rojo apretó a Cantero

Decididos a retomar su poder, unos 30 violentos entraron por la fuerza al despacho del presidente y lo amenazaron. Uno estuvo cerca de golpearlo.

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En un nuevo capítulo del enfrentamiento que mantiene con la nueva conducción del club, la barra brava de Independiente protagonizó hoy un claro apriete al presidente Javier Cantero, quien tras negarse a recibirlos soportó estoicamente el ingreso por la fuerza a su despacho de unos 30 violentos que le reclamaron la renuncia del gerente administrativo Raffaele Rutigliano.

Lejos de amilanarse, Cantero enfrentó cara a cara a los barras, quienes lo amenazaron. Incluso, uno se acercó a él con intenciones de golpearlo aunque finalmente fue contenido en lo que, sin dudas, representa el más grave de todos los cruces que hasta ahora se produjeron entre la máxima autoridad del Rojo y el grupo en cuestión.

Lo más curioso es que, tras llegar a la sede de Avenida Mitre 15 policías enviados por la Comisaría 1 de Avellaneda y el CoProSeDe, el apriete siguió y recién finalizó cuando lo dispuso quien sigue siendo su líder pese a la insólita renuncia que anunciara un día después de reunirse en diciembre con Cantero.

En ese cónclave que mantuvo a pocos días de asumir, el presidente le informó al aún jefe de la barra su decisión de cortar cualquier tipo de apoyo económico del club a los violentos, a quienes en otra medida ejemplar recientemente les prohibieron guardar bombos y banderas dentro de cualquier predio de la institución de Avellaneda.

Al parecer, ese y no otro sería el principal motivo del apriete de este jueves, como ya lo fuera del piquete que el miércoles pasado 200 pesados hicieron en la puerta de la sede del Rojo y del vacío que la barra dejara el sábado en el centro de la popular local, durante el partido que Independiente le ganó en su estadio a Banfield.

"No vamos a dar un paso atrás", dijo en respuesta a aquel desplante el presidente Cantero. Al parecer, está dispuesto a cumplirlo. Aunque mientras otras autoridades no tomen cartas en el asunto habrá que seguir haciéndose la misma pregunta de siempre: ¿hasta cuándo?