viernes 26 de abril del 2024

Su reencuentro con Sofía, la otra historia de amor de Luis Suárez

Desde que tenía 15 años la estrella de Uruguay luchó para llegar al fútbol europeo y reencontrarse con su primer amor. La dura infancia del goleador de Nacional que pudo cumplir su sueño. Galería de fotosGalería de fotos

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Nadie niega que cuando juega con la camiseta uruguaya Luis Suárez le hace honor a su promesa de "amor a la celeste". Pero detrás de esa pasión que tiene el delantero, hay otro gran amor por el que luchó tanto como el partido con Ghana en las semifinales de 2010 o por los dos goles que le marcó a Inglaterra con el que salvó el pellejo de los charrúas en Brasil 2014.

Se trata de Sofía Balbini, de quien se enamoró cuando tenía 15 años y vivía una situación complicada: sus padres se habían separado y vivía con su mamá y sus seis hermanos, sin ninguna facilidad económica. Barría las calles de Montevideo y cuidaba autos para ayudar en su casa; entrenaba en Nacional pero pensaba en dejar el fútbol, seducido por el mal camino del alcohol y la noche.

Fue entonces, un buen día de 2002, cuando el crack ya había cumplido los 15, que una joven rubia y con cara angelical dos años menor que él, le pidió que no deje el colegio. Él la conquistó "como pudo" y ambos comenzaron una linda relación juvenil.

"La conocí en la edad perfecta. Era un adolescente, pero la conocí en el momento justo, porque ella no es la que me guió el camino, sino la que me ayudó a corregirme, a darme cuenta quiénes eran mis amigos y quiénes no”, recordó Suarez, en declaraciones citadas por el diario Depor de Perú.

Para Luis fue un renacimiento. Sofía vivía en un típico hogar de clase media, mucho más solvente que la difícil situación que atravesaba Suarez. Pero las diferencias sociales no impedían que la relación fuera "de maravilla". Si bien todo lo que ganaba lo destinaba a su casa, según contó, "llegué a vender cosas para comprarle regalos a ella, había que hacer un esfuerzo por el amor".

Pero el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno. Todo se derrumbó para el joven Luis cuando la familia de Sofia, que lo aceptaba como un integrante más, decidió irse a vivir a Barcelona por la crisis económica que afectaba a Uruguay en 2003. Suárez no lo podía creer.

"El día que nos despedimos, yo con 16 años y ella a punto de cumplir 14. Era un ‘adiós, un gusto haberte conocido’ y no un ‘nos vemos’, por mi situación económica y por la de ella, que se iba buscando una mejor calidad de vida”, relató el delantero sobre aquel momento triste. Según le contó al diario de Perú, ese día lloró terriblemente.

Dejó el fútbol, su vida volvió a no tener sentido otra vez. Nada parecía satisfacerlo y como jugador le decían que no era un "proyecto serio". Si bien seguía comunicandose con Sofía por internet, no era lo mismo. Ahí apareció una frase que Suarez recuerda como una verdadera salvación: "O centras tu vida o te vas de aquí", le dijo Ricardo 'Murmullo' Perdomo, su entrenador en menores.

Fue allí cuando Luis Suarez, de 16 años,  vio una pequeña luz de esperanza. Sabía que tenía condiciones para jugar al fútbol y que esa podría ser la llave para llegar al viejo continente y reencontrarse con Sofía.  Entonces se reinventó como futbolista y dejó todo por su profesión que, a su vez, era dejarlo todo por su enamorada.

Con su debut en la primera división de Nacional, unos dirigentes del fútbol de Holanda se volvieron locos por él. A los 19 años logró que lo contraten del Groningen  holandés. Sólo le faltaba un paso más para llegar a su amada, y a los pocos meses lo dio: fue a Barcelona a pedirle a Sofía, de 16 años, que se mudara con él.

Ambos hablaron con los padres de ella. Luis les explicó que desde que no vivía con Sofía "no tenía estabilidad". Que ni siquiera sabía inglés y que necesitaba tenerla cerca. "Aunque la gente no lo pueda creer, con 16 años y yo con 19 recién cumplidos se fue a vivir conmigo a Holanda, a un país que no conocíamos. Hicimos muchas cosas y hoy en día las estamos valorando muchísimo, las disfrutamos y tenemos la familia que siempre quisimos tener”, recuerda ahora.

La relación creció al calor de su carrera como deportista. En marzo de 2009 tuvieron su casamiento. En agosto de 2010 -cuando terminó el mundial de Sudáfrica- nació Delfina. "Lo que más disfruto de mi hija es verla cuando se despierta. Siempre está recontenta y nos mira y se le ilumina la carita. Son momentos que disfruto mucho. Cosas que no imaginaba", se sinceró.

En septiembre de 2013, ya consagrado como uno de los delanteros más temidos de la Premiere League, nació el segundo hijo de la pareja: Benjamín. La historia podría estar basada en un cuento de Hadas, pero todos saben que cuando Luis Suarez entra a la cancha se transforma.

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