River Plate ganó el primer superclásico del año y la Copa Luis Nofal al imponerse a Boca Juniors 2-0 en un partido caliente que tuvo lugar en Mar del Plata.
Sebastián Driussi abrió el marcador a los 18 minutos del segundo tiempo, de penal, y a los 24 amplió la diferencia el ecuatoriano Arturo Mina.
A 10 minutos del final hubo incidentes y fueron expulsados los jugadores de Boca Juan Manuel Insaurralde y Darío Benedetto, así como el mismo Driussi.
Si bien no se trató de un partido oficial, los entrenadores Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Gallardo pusieron en cancha las mejores formaciones disponibles, aunque el goleador de River Lucas Alario fue preservado porque estaba dolorido en un pie.
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River buscó sofocar el juego de Boca con presión alta desde el comienzo, pero así y todo el xeneize estuvo a punto de ponerse en ventaja a los ocho minutos de juego, cuando Pablo Pérez habilitó con un pase entre líneas a Cristian Pavón y sólo la intervención de Augusto Batalla impidió el gol, mano a mano.
El desarrollo era cerrado y friccionado, a tal punto que el defensor de River Luis Olivera tuvo que dejar el campo de juego por lesión y Barros Schelotto fue expulsado tempranamente por un exceso verbal.
River pretendía ser directo y vertiginoso cada vez que agarraba la pelota y así pudo sorprender al adversario a los 32, mediante un centro del uruguayo Camilo Mayada y un cabezazo de Rodrigo Mora que exigió una gran atajada del joven Axel Werner.
A los 42, un desborde de Pavón le dio la chance a Ricardo Centurión, quien pisó el área con hambre de gol, pero facilitó la resolución de Batalla al patear al bulto.
Antes del comienzo del segundo tiempo dieron la nota Gallardo y Gustavo Barros Schelotto, quienes también fueron expulsados por demorar su regreso al campo de juego y sostuvieron públicamente una discusión con la terna arbitral encabezada por Néstor Pitana.
El Millonario generó una peligrosa jugada a los seis minutos del segundo período, al combinar un centro de Mora, un pase de cabeza de Driussi y una tibia definición de Ignacio Fernández, quien desperdició el cara a cara con Werner.
River iba de menor a mayor: a los 16, Driussi se la robó a Gino Peruzzi en las inmediaciones del área y profundizó para Gonzalo Martínez, quien aceleró y provocó una mano de Juan Manuel Insaurralde que el árbitro sancionó con penal.
El mismo Driussi se hizo cargo de la ejecución y lo cambió por gol al ejecutarlo abajo y a la derecha, más allá de la buena intuición y el esfuerzo de Werner.
A los 24, cuando Boca estaba sumido en el desconcierto, un córner bien servido desde la derecha por Martínez y un remate cruzado de cabeza de Mina conjugaron para el 2-0 definitivo.
Había tiempo para más y una falta antideportiva de Insaurralde a Exequiel Palacios desató una lamentable pelea entre los dos equipos, la que debió haber deparado más de las tres tarjetas rojas que recibieron el propio Insaurralde, Driussi y Benedetto.
Fuente: DyN