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Un partido de una liga regional en Inglaterra que hubiese pasado desapercibido para todo el mundo, incluso para los más futboleros, se convirtió en noticia por un hecho inédito: a los 40 segundos, el encuentro entre Oakwood y Lingfield ya estaba 1-1.
La frase "empezó perdiendo desde el vestuario" aplica perfecto para este encuentro ya que con sólo dos toques el equipo visitante se puso en ventaja con un golazo desde mitad de cancha. Pero el empate no tardó nada en llegar y estos dos equipos ignotos, obtuvieron fama mundial al menos por un día. Finalmente, la victoria quedó para los locales, como no podía ser de otra manera con una goleada por 6-2.
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