Mientras las turbulencias en la AFA no cesan y el proyecto de la Selección Argentina aún no tiene rumbo fijo, los pibes de la Sub 20 se repusieron a todos los inconvenientes previos por la incertidumbre del cuerpo técnico que iba a estar a cargo en L'Alcúdia, finalmente conformado por la dupla Scaloni-Aimar, y lograron llevar un poco de luz para el futuro.
Pero claro, el título no se consiguió que de otra manera que sufriendo en el tiempo extra ante Rusia con un héroe que ingresó desde el banco de suplentes para meter el gol del campeonato.
Alan Marinelli entró recién a los 40 minutos del complemento. En ese poco tiempo no pudo hacer mucho, pero apenas arrancó el primer tiempo del alargue, entró solo en el área para convertir el gol de la victoria y que lo transformó en héroe del torneo de L'Alcúdia.
"Todo llega", como dice su padre, Cristian, a 442. Es que el delantero de las inferiores de Rosario Central no la tuvo para nada fácil. Es más, cuando arrancaba octava división, era el séptimo atacante en la consideración del DT. Un momento de frustración en el que cualquier chico puede llegar a bajar los brazos, pero no lo hizo y, a los tres meses, su perseverancia lo llevó a terminar siendo el titular en ese torneo.
Los buscadores de talentos de Europa seguramente ya posan los ojos en esta joven promesa de 19 años que Central blindó con su primer contrato profesional antes de que parta para disputar el torneo de Valencia. Incluso, el propio Tata Martino quiso llevar a Marinelli a Estados Unidos para que sea jugador del Atlanta United.
Como gran parte de los futbolistas de la Sub 20, fue cuatro veces sparring de la Selección mayor durante las últimas Eliminatorias. En una ocasión, atónito por estar entrenando con todos sus ídolos, se quedó mirando embobado los botines de uno de ellos, observaba con detenimiento los nombres de los hijos grabados en su calzado. Claro, era Messi. "Cuando levanta la cabeza, Messi lo miró, sonrío, y se terminó poniendo colorado", cuenta el padre sobre una anécdota que su hijo suele recordar.
Allí también conoció a Ángel Di María, con quien los une el amor por Rosario Central. Con el curioso detalle de que su familia es tan Canalla que nombra y cuenta antes la anécdota con el ex jugador de Central que la del ex Newell's, por más que sea Messi.
"Salen con los dos picando en busca de la pelota, Alan le gana la posición y Di María se tira de atrás y lo termina golpeando. Le hizo como un rayón con el botín en el gemelo y le pidió perdón varias veces. Pero Di María no sabía que él jugaba en Central. Al día siguiente en una ejercicio, Beccacece los pone juntos porque eran los dos de Central. Ahí Di María salta y dice: 'No me digas que vos jugás en Central. Como no me dijiste'", contó Cristian sobre la buena onda de Fideo.
"Siempre le costó todo, fue todo sacrificio. entrenar todos los días, llueva o truene, él nunca faltó", asegura conmovido su padre. Y ese esfuerzo por fin trajo sus frutos para un nuevo joven rosarino que promete, como también prometen sus compañeros de la Sub 20 ser el futuro de la Selección Argentina, sólo falta un poco de apoyo desde arriba.