A dos meses del incidente con Eduardo Coudet en el Monumental que le costó ser marginado del equipo y a la espera de saber qué será de su futuro como profesional, Ricardo Centurión sigue siendo noticia por cuestiones extrafutbolísticas. Dueño de un alto perfil, el jugador de 26 años fue uno de los invitados en la famosa mesa de Mirtha Legrand y fiel a su estilo, habló sin cassette sobre su situación, entre la sincera autocrítica y un duro cuestionamiento a los medios de comunicación.
"Yo vivo en una casa de Gran Hermano en Buenos Aires. Todo el mundo me filma. No me puedo sentar a comer en un restaurante, están esperando que me equivoque o haga algo fuera de lo normal", contó Ricky y amplió sobre lo que ocurre con el uso de sus redes sociales: "Si subo una historia en la esquina de mi barrio, la levanta Olé o TyC Sports y buscan el título pero después cuando leés la nota está sacado de contexto".
Centurión también se refirió a su dura infancia en un barrio humilde y rodeado de tentaciones peligrosas como la delincuencia y el alcohol, y a su conflicto con Racing que lo tiene hace tiempo fuera de las canchas y arrepentido por una acción que le costó mucho más caro de lo que imaginaba: "He cometido errores profesionalmente con el técnico actual y quedé desafectado, me bajaron a Reserva. No estuve invitado a la fiesta, sí fui parte importante del campeonato, me siento así, estoy contento, pero no pude estar".
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