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La imagen de Marcelo Gallardo derrotado impacta en el mundo del fútbol pero nadie puede ganar siempre y esta vez le tocó al Muñeco volver a encontrarse con el sabor de la decepción como ocurrió hace dos años en la semifinal ante Lanús.
Todavía sin poder creer como se le escapó a River un partido que parecía tener controlado, Gallardo se encargó de contener a sus jugadores tras el final del partido en Lima pero luego se abrazó con sus ayudantes y se dejó también un momento para expresar sus emociones y demostró que es humano y también pierde y llora.
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