A falta de dos minutos para el final, River Plate ganaba 2-1 el Superclásico y estaba replegado en su campo aguantando las arremetidas de Boca Juniors, que atacaba en busca del empate. Y pudo hacerlo, de no ser por la doble tapada de Augusto Batalla.
En uno de los ataques, la pelota le quedó servida en el borde del área grande a Walter Bou, que sacó un potente remate que despejó Batalla en una gran intervención, ya que tenía la visión obstruida.
Sin embargo, la jugada no terminó ahí: Gino Peruzzi tomó el rebote dentro del área y fusiló al arquero, que volvió a rechazar el disparo, para salvar al millonario.
Finalmente, en tiempo de descuento, en un contraataque letal, Sebastián Driussi liquidó el partido y los de Núñez festejaron en La Bombonera.
Una vez terminado el encuentro, el juvenil arquero declaró que la doble tapada "vale todo". Y agregó: "No sólo mi trabajo, sino el de todos mis compañeros. Fue una animalada"
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