martes 16 de abril del 2024

River: un balance lleno de preguntas

Por Claudio Celano Gómez | En el mejor momento deportivo de su historia, el club presentó un déficit anual de 860 millones. Por qué la mayoría de los clubes son deficitarios.

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Analizar el balance y los estados contables de un club de fútbol nunca es sencillo. Hay demasiados intereses en juego, no solo de los oficialistas y los opositores a la gestión que preside la institución, sino también de los otros clubes. Esto es todavía más fuerte cuando se trata de los balances de River y de Boca.

Hay varios ítems que llaman la atención y a los que hay que ponerles la lupa en los números del ejercicio que acaba de aprobar la Comisión Directiva de River.

El estado de situación patrimonial, en el que se analizan los activos, pasivos y patrimonio neto del club entre agosto de 2018 y el mismo mes de este año, muestra lo siguiente: un aumento de solo un 5% en el activo (al pasar de $ 4.800 millones a $ 5.073 millones), pero un crecimiento fuerte del 31% del pasivo (de $ 3.052 millones a $ 3.998 millones) y una disminución del patrimonio neto del club del 40% (que está ligado, como veremos, al déficit del club).

¿Qué quiere decir esto? Que lo que River tiene creció muy poco en comparación con lo que dejó de tener y que el club tuvo que utilizar su patrimonio (en el fútbol básicamente se trata de jugadores de fútbol) para solventar su funcionamiento por el déficit anual.

¿Por qué el club tiene déficit? Básicamente porque gasta más de lo que le entra. En un año ha tenido ingresos por $ 4.956 millones (de los cuales un 71% fue generado por el fútbol y un 20% por los socios y Somos River) pero ha tenido gastos totales por $ 5.816 millones, lo que arroja un déficit final anual de $ 860 millones.

La pregunta a hacerse es: ¿es preocupante? Cada uno puede tener su respuesta, pero lo cierto es que, medido en dólares (a un tipo de cambio de $ 65), son “tan solo” 13.300.000 lo que el club necesita para estar en cero. ¿Cuánto valen Martínez Quarta, Nacho Fernández, Juanfer Quinteros, Rafael Borré, u otros jugadores del plantel? D’Onofrio fue muy claro cuando dijo que River tiene que vender.

Lo preocupante de esta situación es que clubes como River deberían lograr el superávit, o por lo menos, un equilibrio en sus cuentas. Sin embargo, hay que explicar que la gran mayoría de los clubes en nuestro país tienen la misma realidad: gastan más de lo que les entra pero la venta de jugadores es lo que les permite funcionar y operar.

También es importante aclarar que al mirar los recursos ordinarios del club ($ 4.956 millones) y compararlos con los gastos ordinarios antes de las depreciaciones y amortizaciones (lo que se conoce como Ebitda), el club tiene un superávit de $ 491 millones. Cuando se computan las depreciaciones y amortizaciones (donde el impacto del plantel de fútbol llega a los $ 765 millones), el déficit operativo del club es de $ 341 millones.

Esto también es una mala noticia, porque quiere decir que, operativamente, el club no es rentable y no se financia por sí mismo sin la venta de jugadores. ¿Cómo se llega, entonces, a los $ 860 millones de déficit si estamos hablando de un rojo operativo de $ 341 millones? Esa diferencia de más de $ 500 millones está dada por los resultados financieros y otros egresos.

Ingresos y egresos: ítems claves. Hay cuatro ítems que, en cualquier club social y deportivo como River, son fundamentales. Estos son: fútbol profesional, los deportes, los socios y la educación (para aquellos que tienen enseñanza).

En River el fútbol profesional es superavitario con ingresos por $ 3.517 millones y egresos por $ 3.261 millones (diferencia de $ 256 millones a favor); mientras que los socios generan un superávit de casi $ 661 millones. En contraposición, los deportes son totalmente deficitarios (generan ingresos por $ 56 millones y gastos por $ 177 millones, lo que da un rojo de $ 120 millones) –el único club que da superávit en deportes, según las reuniones de los directores de deportes de las instituciones de primera división es el Club de Gimnasia y Esgrima La Plata–.

El ítem de educación –escuela primaria, secundaria y terciaria– genera un déficit de más de $ 9 millones al año (ingresos por $ 175 millones y salidas por $ 184 millones).

Deudas a corto plazo. Quizá lo más preocupante de todo el balance y los estados contables de River esté en el apartado de créditos y deudas.

El primer análisis a hacer, y es positivo, es que el club pasó de tener $ 532 millones de cuentas por cobrar a $ 360 millones, lo que quiere decir que se le debe menos al club. Un 32% menos. Mirando el total de créditos que tiene el club, tuvo una mejora en un año de un 36% (se le debían $ 598 millones y ahora se le deben $ 380 millones).

Es en las deudas que tiene la Institución “millonaria” donde hay que prestar atención. Estas pasaron de $ 2.550 millones a $ 3.427 millones, un 34% más. De este total, en cuentas corrientes a pagar River pasó de $ 1.850 millones en agosto de 2018 a $ 2.300 millones, es decir, un 24% más. Y el mayor rojo está en los préstamos financieros: en un año crecieron un 367% ya que aumentaron de $ 123 millones a $ 574 millones, de los cuales $ 478 millones (un 83% del total) están tomados en dólares.

Y lo que también es relevante es el corto plazo en el nivel de exigibilidad de esta deuda, ya que del total que debe, un 30% ($ 1.033 millones) ya está vencido y otro 30% ($ 1.031 millones) vence en el primer trimestre posbalance, es decir, que está venciendo entre septiembre y noviembre de este año. Además, otros $ 845 millones vencen entre diciembre y mayo, lo que sería una deuda de mediano plazo.

Conclusión. Está claro que los resultados económicos y los futbolísticos muchas veces no van de la mano. Levantar copas no implica que económica y financieramente se esté bien. El caso de River es un fiel ejemplo: tiene superávit ordinario pero déficit operativo y rojo total de $ 860 millones, lo que lo ha llevado a bajar su patrimonio neto (en un 40%), además de tener deudas exigibles en el corto plazo (un 60% de su deuda, más de $ 2.600 millones).

Lo positivo, sin embargo, es que el club sabe que ya le entrarán US$ 7.750.000 por haber llegado a una nueva final de la Copa Libertadores (más de $ 500 millones) y, en caso de ganarla, podrían ser otros US$ 12 millones. Además –lo cual no es menor–, al calcular todos los valores de los que hemos hablado en dólares, queda claro que lo fundamental es apostar por el desarrollo de los juveniles, ya que lograr que lleguen a la primera división y luego venderlos es lo que, finalmente, permite que los clubes de fútbol en la Argentina sean viables.

Los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro con actividades deportivas, sociales y culturales, pero a nivel legal, impositivo y de la carga laboral son tratados como grandes empresas. Así es difícil que las cuentas den incluso para un club como River, que en los últimos años ha ganado todo dentro de la cancha.

(*) Nota publicada en el diario PERFIL.