Un día como hoy, pero de 2011, Martín Palermo, el máximo goleador de la historia de Boca Juniors no sólo disputaba su último partido oficial con la camiseta xeneize, tras 404 partidos jugados y 236 goles marcados, sino que decidía ponerle punto final a su gran carrera como futbolista.
Y, por esas cosas extrañas que tiene la vida, su último partido sería nada menos que, por la 19º y última fecha del Torneo Clausura 2011, ante Gimnasia y Esgrima de La Plata, el gran rival de su Estudiantes querido, al que enfrentó en 18 oportunidades, convirtiéndole 15 goles. Con Guillermo Barros Schelotto entre los 11 titulares, el Lobo llegaba a ese partido necesitado de una victoria para evitar irse al descenso y si bien lo ganaba 2-1, en la última pelota del partido, Palermo asistió magistralmente a Christian Cellay, quien, con el segundo gol de su cosecha personal, puso el empate definitivo que obligó al conjunto platense a tener que jugar un encuentro desempate ante Huracán para decidir cuál de los dos descendía a la segunda categoría del fútbol argentino.
A lo largo de su exitoso paso por Boca, el Titán acumuló la extraordinaria e histórica marca de 236 tantos y ganó 13 títulos, entre los cuales se destacan los Torneos Aperturas 1998, 2000, 2005 y 2008; los Torneos Clausuras 1999 y 2006; la Copas Libertadores de 2000 y 2007; la Copa Intercontinental de 2000; las Copas Sudamericanas 2004 y 2005 y las Recopas 2006 y 2008.
El optimista del gol se retiró con 227 goles en la Primera División del fútbol argentino (el quinto máximo goleador histórico del fútbol local), 236 con la camiseta de Boca y 306 en toda su carrera. Su mejor torneo con la camiseta de Boca fue en el Clausura 2008, donde convirtió 20 goles. Es el récord de Argentina en torneos cortos. Tuvo un promedio de gol de 0,58 por partido. Simplemente, un gran Titán.
LR