martes 03 de diciembre del 2024
EL MUNDO DE LUTO

El adiós a Diego: silencio en Buenos Aires y miedo por suicidios en Nápoles

Las calles porteñas en silencio y una estela de tristeza invade la Ciudad. Del otro lado del océano, el jefe de policía napolitano contó que aumentaron los efectivos en las calles porque temen una ola de suicidios.

Buenos Aires está en silencio. Al mediodía, cuando la noticia de la muerte de Diego Maradona empezaba a circular por WhatsApp y en algunos medios, algo se percibía en el aire. Una estela de tristeza invadía la Ciudad. Varias personas le preguntaban a otras, absolutamente desconocidas, si la noticia era cierta. Necesitaban una confirmación externa de que el día había llegado: de que el ídolo de un pueblo había muerto.

Del otro lado del océano, en su otra ciudad, Napoles, hay miedo de lo que puede suceder en las próximas horas. Porque si Buenos Aires está en silencio, Napoles está en un pozo depresivo colectivo. No es simbólico, es real: el jefe de policía de esa ciudad contó que para esta noche aumentaron los efectivos en las calles porque temen una ola de suicidios.

Todo sucede muy rápido. Porque en Napoles, a la vez de que la Policía local prepara un operativo especial para contener a su población por la noticia del fallecimiento del ídolo, el alcalde Luigi de Magistris anunció que el estadio San Paolo pasará a llamarse Diego Armando Maradona.

En los diferentes murales que hay de Diego en esa ciudad del sur italiano, el silencio de muchas personas se mezcla con una despedida con fuegos de artificio y humo de colores. La celebración de la muerte segú

En Buenos Aires, fanáticos y fanáticas de Maradona se concentran en los alrededores de la Bombonera, de la cancha de Argentinos Juniors y el Obelisco porteño. En La Plata, el estadio de Gimnasia ya tiene gente en sus tribunas. El Gobierno porteño ya empezó a tributar a Diego en los carteles electrónicos de los subtes, avenidas y autopistas. Y a partir de las 19 iluminarán algunos edificios con su rostro.

Todo quedará chico. Todo resultará poco. La última despedida a Diego aún no se sabe dónde será. El Gobierno se comunicó con la familia y puso a disposición la Casa Rosada, donde seguramente se hará el velorio. La dirigencia de Boca ofreció la Bombonera. Sea donde sea, el dolor de un país, de dos países y del mundo entero, seguirá reflejándose en una cotidianidad que ya no será la misma. 

 

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