jueves 28 de marzo del 2024
Deporte y medio ambiente

El deporte y la huella: El Bayern Munich y la Argentina

De cara al sorteo de la Champions League, el campeón de Europa no deja de obtener reconocimientos. Con la mirada en lo que hacen los más reconocidos, podemos plantearnos desafíos a nuestro alcance. El deporte no puede seguir como tal, sin tener en cuenta el medio ambiente.

No son solo los triunfos los que hacen grandes a los equipos. También son los gestos y las iniciativas institucionales. “El deporte es un vehículo para el cambio” afirmó Jill Ellis, entrenadora bicampeona del mundo con la selección norteamericana de futbol femenino, en el documental “Las reglas del Juego”. Por eso el Bayern Munich, mientras espera el sorteo de grupos para la nueva edición de la Champions League que recién acaba de obtener, cosecha reconocimientos extra futbolísticos por su determinación ecológica.

"El Allianz Arena tiene una representatividad especial en el fútbol alemán e internacional por ser un estadio ultramoderno y respetuoso con el medio ambiente", aseveró Karl-Heinz Rummenigge, presidente del FC Bayern, cuando hace unos días recibió el premio “Resuable Award” en la “Conferencia Europea REUSE”. "Desde 2006, nuestro estadio es gestionado de forma sostenible, auditado anualmente de acuerdo con las directrices más estrictas de Europa, y actualmente estamos elaborando un nuevo conjunto de objetivos y proyectos de sostenibilidad para fortalecer aún más nuestra responsabilidad ecológica y social”.

El FC Bayern, que es miembro de la Bavarian Climate-Alliance desde hace varios años, fue premiado en esta oportunidad por el reemplazo total de envases de bebidas reutilizables dentro del estadio. Los residuos plásticos se han convertido en uno de los mayores problemas medioambientales a nivel mundial, ha sido tan grande su impacto que la Unión Europea ha acordado instrumentar la prohibición total de los plásticos de un solo uso. La movida enmarcada en esta problemática e iniciada por el club, pero apoyada estatalmente por el ministerio de Medio Ambiente de Baviera, generó un impacto muy positivo en la huella ecológica que causaba cada partido del gigante alemán por Bundesliga o Champions.

Pero más allá de cómo modificar el consumo de los asistentes al juego y de lo que hace el Bayern Munich, en Alemania hay una iniciativa transformadora en cuanto al consumo energético que transciende a los poderosos e involucra de manera general a una infinidad de instituciones deportivas.

La tecnología LED de bajo consumo llegó para quedarse y permite un enorme potencial de ahorro en el gasto energético. La implementación e instalación de sistemas fotovoltaicos en los techos de los clubes alemanes para que se provean su propia energía es furor. La electricidad limpia es el futuro. Es cierto que requiere una inversión inicial pero es prontamente recuperada.

En la Argentina, donde los clubes tienen una importante función social, como espacios de inclusión e integración, de contención social y de educación, la pandemia pegó duro. Es difícil sostener a las sociedades civiles sin fines de lucro que son si pierden por completo su actividad: por la parálisis impuesta.

Para dar cuenta de esta situación, a nivel nacional se lanzó el programa “Clubes en Obra” destinado a la mejora de la infraestructura de los clubes de barrio y las instituciones deportivas. Es por ese motivo y con ese interesante aporte dinero desde las arcas estatales, muchos han generado cambios en su mobiliario, desde las grandes instituciones en sus estadios y centros de entrenamiento hasta los pequeños clubes en la canchita del barrio.

Ahora, ¿cuántos asumieron responsabilidad en el cuidado del medio ambiente? ¿Cuántos de los afectados por las facturas de la luz, modificaron su forma de consumo y obtención de energía? ¿Cuántos pensaron en los residuos que generan al diagramar las obras? ¿Cuántos se plantearon aunque sea la idea, más allá de que la distancia sea grande?

Por el momento, son contados con los dedos de una mano, los que utilizaron el aporte con una obra que no solo mejore la infraestructura, sino que también reduzca la huella ecológica de sus actividades.

Todavía estamos a tiempo de reformular prioridades. Si compartís la idea, hacele llegar a tu dirigente el mensaje.

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