
Periodista
El karma no tiene un único dueño en la historia de River, pero es Marcelo Gallardo quien más lo viene padeciendo y quien tendrá que corregirlo, porque lo que se viene seguirá teniendo ese tinte. Con los nuevos formatos de los torneos locales, más los que ya vienen jugándose así, y ahora con el Mundial de Clubes, es posible que le vuelva a tocar, y por eso tiene que cortar la pésima racha.
Gallardo dijo en conferencia de prensa que nunca trabajan o entrenan para empatar y que si eso sucede los jugadores deberán afrontar el desafío sin la negatividad de las rachas. Pero cuesta creer que eso sea algo voluntario y que no requiera planificación y trabajo para poder salir de esa mala costumbre de no ganar desde los 12 pasos.
River, en su historia, lo padece, y en la actualidad —por esos cambios de formato mencionados— se agudizó el dolor y la amargura. Perdió de manera consecutiva las últimas 8 definiciones por penales, y Gallardo, en su cuenta personal, solo pudo pasar en 4 de las 12 que le tocó jugar desde 2014, cuando arrancó bien, superando a Ferro y Colón por Copa Argentina.
Este año, los 12 pasos lo dejaron sin el título de la Supercopa Internacional contra Talleres y afuera de las semifinales anoche contra Platense. En ambos partidos, nada se le puede reclamar a Armani, que hizo su trabajo. Pero en Paraguay fallaron Rojas, Montiel, Colidio y Lanzini; y anoche, Castaño y Driussi.
La carta de datos es muy negativa y alimenta las razones de estas últimas dos derrotas: perdió 32 de 51 definiciones por penales en su historia, lleva 8 derrotas seguidas, perdió 11 de las últimas 13, 14 de las últimas 18, erró 12 de los últimos 20 penales ejecutados y no gana una desde 2019, cuando superó a Cruzeiro en semifinales de la Libertadores.
Esto que le pasa a Gallardo ahora lo sufrió —y mucho— Martín Demichelis en su corto proceso, porque perdió las tres que le tocaron: contra Inter en Porto Alegre en la Libertadores 2023, contra Rosario Central en la Copa de la Liga 2023, y contra Temperley en la edición 2024 de la Copa Argentina.
Por eso ya van 8 seguidas, que son las siguientes: ante Boca en Copa de la Liga y Copa Argentina, Patronato en Copa Argentina, con Inter en la Libertadores, Central en Copa de la Liga, Temperley en Copa Argentina, la final de la Supercopa Internacional ante Talleres y la de anoche frente al Calamar.
En el desglose de entrenadores, hay de todo desde 1979, que fue la primera definición por penales en el Nacional 79 contra Vélez, que paradójicamente ganó. Después de Gallardo, ya mencionado, sigue César Luis Menotti, que le tocó aquel torneo del 88/89 que otorgaba un punto extra luego del empate: el Flaco jugó 13, ganó 6 y perdió 7.
Sigue Daniel Passarella, con 8 definiciones y 2 victorias; luego, Ramón Díaz, con 8 y 4 ganadas; Astrada, con 2 y 1 perdida contra Boca en 2004. Después siguen con 1 definición Gallego, Almeyda y Mostaza, sin triunfos, y Labruna y Pellegrini, que ganaron la que jugaron.
Con este panorama estadístico, Gallardo debe preparar lo que viene, sabiendo que, por ejemplo, con San Martín de Tucumán, el 6 de junio, puede haber penales; que en el Mundial de Clubes, si clasifica a octavos, puede haber penales; y que en la segunda parte del año, en la Libertadores, los mano a mano empatados —y sin el peso del gol de visitante— van a definirse exactamente de la misma manera.



