En apenas unos segundos, Marcelo Gallardo quizás destrabó el partido que River perdía de manera inmerecida contra el Atlético Paranaense. A los 12 minutos del segundo tiempo, el Muñeco hizo entrar al colombiano Jorge Carrascal por el uruguayo Nicolás De la Cruz. No fue un cambio más: el técnico lo ideó luego de que el conjunto brasileño acabara de anotar el 1-0.
Ni siquiera esperó a que sacaran del medio: Gallardo apuró el cambio y decidió que el colombiano entrara al mediocampo para aumentar la tenencia de la pelota. Sin embargo, no se imaginó que esa decisión le iba a generar una escena que rápidamente se volvió meme y de la que muchos hablarán en los próximos días: De la Cruz se fue directamente a los vestuarios, no quiso saludar a Gallardo y se sacó de encima a su ayudante Matías Biscay.
Hay que decirlo: más allá de ese disgusto, a Gallardo el cambio le salió a la perfección. ¿Por qué? Porque Carrascal mejoró a River en ataque. Tomó el control y la distribución, y el equipo empezó a llegar más. Condicionado por su condición de firuletero, el colombiano mejoró sustancialmente esa faceta: se libera de la pelota cuando tiene que liberarse, y contribuye a un ataque más imprevisible, ya sea por los costados o por el centro del campo.
De la Cruz seguramente tuvo otro condicionamiento para reaccionar de esa manera. Hace dos días, una de sus hermanas, Stefany Gabriela De La Cruz Arcona, de 26 años, fue detenida en el barrio de Caballito junto a un hombre de nacionalidad peruana. Según la Policía de la Ciudad, las dos personas llevaban 40 kilos de cocaína en un taxi. Algo que no se vio por televisión, pero con seguridad incidió en el ánimo del futbolista de River y de la selección uruguaya.
