La dura derrota de Uruguay 5 a 1 frente a Estados Unidos reactivó un conflicto histórico: el vínculo entre Marcelo Bielsa y los medios uruguayos. El impacto deportivo fue tal que dejó a el Loco en la cuerda floja de cara al Mundial 2026.
Después del partido, Bielsa asumió la responsabilidad. Pero la prensa fue mucho más dura: analizó la actuación como caótica, sin respuesta colectiva y preocupante a meses del Mundial, calificándola como una de las derrotas más fuertes del seleccionado en años recientes.
La tensión no es nueva. Desde su llegada, Bielsa mantuvo un trato áspero con los periodistas, cuestionó la lógica del periodismo deportivo y protagonizó conferencias tensas, incluida una en la que cortó de forma abrupta. Además, sus decisiones más resonantes (como dejar afuera a referentes históricos) profundizaron el malestar y generaron cuestionamientos públicos a su estilo de conducción.
También hubo roces internos: declaraciones de Luis Suárez y la incomodidad de algunos jugadores alimentaron la idea de un vestuario dividido, mientras dirigentes de la AUF lo respaldaban. La espuma bajo tras la clasificación al Mundial con victorias importantes en las eliminatorias y el buen rendimiento en la Copa América, pero hoy todo eso se olvidó.
La goleada frente a la selección norteamericana volvió a encender todas esas tensiones. Mientras desde la AUF piden paciencia, el debate ya está instalado: ¿puede Bielsa recomponerse y enderezar a La Garra a tiempo? La prensa uruguaya, que nunca le quitó el foco, volvió a cargar con fuerza.
LT.
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