Nadie puede negar que el Atlético de Madrid quedó muy golpeado tras la dura derrota en el Santiago Bernabéu frente al Real por el partido de ida de semifinales de Champions League, y no sólo por lo categórico del resultado sino por las marcadas diferencias entre un equipo y otro durante los 90 minutos.
Pero más allá de eso, las primeras palabras de Diego Simeone apenas terminado el partido fueron de esperanza: “El fútbol es maravilloso porque suceden cosas inesperadas. Yo sigo creyendo que tenemos opciones. Hay que olvidarse de este encuentro. El fútbol es complicadísimo y hasta la última gota de posibilidad que tengamos nos la jugaremos”, declaró tras la goleada.
Casi 48 horas después del golpe, el Cholo mantiene el optimismo y eso intenta transmitirle a sus jugadores, que el fin de semana deberán afrontar un compromiso incómodo pero muy importante por la Liga de España ante el Eibar para afianzarse en la tercera ubicación de la tabla de posiciones que otorga un pasaje directo a la próxima edición de la Champions League.
En su búsqueda de incentivar al plantel, Simeone hizo bandera una vieja frase suya y la colgó en el entrenamiento con un mensaje claro y contundente: "A morir, los míos mueren". Así entiende el fútbol el Cholo. Con 90 minutos por delante, no está dicha la última palabra.
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