Muchas veces los barras parecen los dueños de los clubes o actúan como si lo fuesen y lo sucedido este lunes por la mañana en el estadio de Racing es un fiel reflejo de la connivencia entre los violentos y los dirigentes, que son cómplices o al menos miran para otro lado y no se hacen cargo del lugar que ocupan.
Unos 150 barras de la Academia ingresaron al Cilndro para despedir los restos de un histórico líder de La Guardia Imperial conocido como Rulo Gómez y fallecido en las últimas horas.
Cerca de las 9 de la mañana, familiares, amigos y compañeros de tribuna ingresaron al estadio en autos, motos y camionetas cantando por Rulo como si se tratara de una gloria del club. Obviamente surge el interrogante sobre qué papel juega el presidente Víctor Blanco en estas cuestiones y si cualquier hincha puede disponer de las instalaciones del club con tanta libertad.
Cabe recordar que los hijos del Rulo Gómez fueron los que generaron la balacera la semana pasada que provocó la suspensión del partido que el equipo dirigido por Diego Cocca debía jugar por Copa Argentina.
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