jueves 28 de marzo del 2024
TOKIO 2020

Los Juegos de las estrellas caídas

Enfurecido porque se fue sin medallas, Djokovic mostró su peor faceta no solo por revolear raquetas, sino porque se bajó del duelo de dobles mixto. Se suma así a los casos de Biles y Osaka: cuando la cabeza no quiere más.

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Primero fue la eliminación en tercera ronda de Naomi Osaka, la tenista elegida por Japón para encender el pebetero olímpico en la fiesta inaugural de Tokio 2020. Después, la baja de Simone Biles por su desincronización entre cuerpo y mente y el debate que abrió sobre la salud mental en el deporte de alta competencia. Ahora, el que sumó a la lista de estrellas que no la pasaron bien en estos Juegos Olímpicos es Novak Djokovic.

El serbio, número 1 del ránking ATP, cerró de la peor manera la que puede haber sido su última jornada olímpica: no sólo se quedó sin la medalla de bronce al perder con el español Pablo Carreño Busta, sino que revoleó raquetas a la tribuna por bronca y luego se bajó del partido por el tercer puesto del dobles mixto.

Djokovic había llegado a Tokio 2020 con la ilusión de ser el primer hombre en conseguir el Golden Slam (ganar en una misma temporada los cuatro Abiertos del circuito y la medalla dorada), pero el alemán Alexander Zverev lo privó de esa chance al derrotarlo en semifinales y luego subir a lo más alto del podio en la final ante Karen Khachanov

La estadística dirá que Nole tropezó ante Carreño Busta con parciales de 6-4, 6-7 (8) y 6-3, en casi tres horas de partido en la cancha principal del parque de tenis de Ariake. Pero más allá del resultado, lo que llamó la atención y se viralizó en las redes sociales fueron los lapsus de desquicio que mostró Djokovic, al romper dos raquetas, una de ellas lanzada literalmente a la segunda bandeja del estadio, que por suerte no tenía público debido a las restricciones sanitarias.

Pero el enojo más tarde se convirtió en deserción, algo que en algún punto lo une con la decisión de Biles en las finales de gimnasia: Djokovic se bajó del partido por el tercer puesto que, junto a su compatriota Nina Stojanovic, debían afrontar ante los australianos John Peers y Ashleigh Barty, quienes en la primera rueda habían eliminado a los argentinos Horacio Zeballos y Nadia Podoroska.

Djokovic había cuestionado la decisión de Biles y se había mostrado en una posición antagónica con respecto a quienes cuestionan el alto grado de presión que existe sobre algunas estrellas deportivas. Sin embargo, tomó la misma decisión, que no generó el debate sobre salud mental porque ni siquiera dio explicaciones. “Si aspirás a estar en la cima de tu deporte, lo mejor es aprender a manejar la presión y a afrontarla”, había remarcado el serbio. Pocas horas después, sus palabras no coincidieron con las imágenes de furia que protagonizó y recorrieron el mundo.