Pasaron sólo cuatro años pero parece que fue hace mucho más y en medio de un nuevo Mundial, que para la Selección Argentina da la sensación que terminó hace una eternidad, el recuerdo trae las emociones de aquel entonces y a la vez, el dolor de ya no ser.
Un 9 de julio pero de 2014, Argentina y Holanda no pudieron quebrar el cero durante 120 minutos y la historia debía definirse por penales. Un día antes, Alemania había dado el gran golpe ante Brasil con un 7-1 a domicilio que se recordará para siempre y esperaba por su rival para la gran final.
Y fue ahí donde apareció en su máximo esplendor Chiquito Romero para atajar dos penales y darle la posibilidad a Maxi Rodríguez de liquidar la historia gracias a la efectividad perfecta de sus compañeros que convirtieron todas sus ejecuciones y 24 años después volvieron a poner a la Selección en una final de una Copa del Mundo. El desenlace no fue el esperado pero luego de este pobre Mundial de Rusia, lo hecho hace cuatro años se valora aún más.