jueves 25 de abril del 2024
Tenis

La brutal autocrítica de Coria a 16 años de la final con Gaudio: "No tuve los huevos para admitir que tenía miedo"

En un nuevo aniversario de la histórica final de Roland Garros que marcó la carrera de ambos, el Mago recordó la presión que sintió al llegar como favorito. Video.

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Este sábado se cumplieron 16 años de la histórica final de Roland Garros cien por ciento argentina entre Gastón Gaudio y Guillermo Coria, que marcó para siempre la carrera de ambos pero en direcciones opuestas porque el Gato vivió su mayor alegría dentro de una cancha de tenis mientras que para el Mago fue su mayor decepción luego de estar tan cerca de la gloria.

El hombre de Rufino era el gran candidato al título en la previa y mucho más después de ganar los dos primeros sets: “El partido se fue dando rápido y eso me jugó un poquito en contra porque si hubiera sido palo a palo no tenía tiempo de pensar en cosas que no tenía que pensar. Y tenía el temor de acalambrarme. No supe manejar los nervios, empecé a sentir el calambre y no lo pude manejar”, contó sobre aquel 6 de junio de 2004 en una entrevista con Alejandro Fantino para ESPN.

Pero con la madurez de los años y viendo todo en retrospectiva, Coria admite que los nervios y el miedo aparecieron desde antes del partido por la presión de ser el favorito: "Entro al club, viene el hombre de prensa y me dice 'Guille tenés sala a las 6 de la tarde en la más grande, están todos los medios esperándote'. Primera pregunta: '¿cómo te imaginás festejando cuando ganes Roland Garros?' Y yo tenía 22 años, no pongo excusa para nada, perdí por todo lo que ya vieron. Pero fueron pasando cosas que yo no supe manejarlas, no tuve la humildad, los huevos, el coraje para decir 'che, estoy cagado en las patas, tengo miedo'. No te tiene que dar vergüenza decir 'tengo miedo', al profesional a veces le da miedo admitirlo", reconoció.

Sobre las molestias físicas que lo acompañaron durante su carrera y que con el correr de los años le fueron quitando ese fuego sagrado que potenciaba su enorme categoría para jugar al tenis, explicó: "Si yo quería usar mi fuerza no pasaba la mitad de cancha, me vencía la mano. Yo sabía que tenía que estar concentrado en la soltura de la muñeca, tanto de revés como de derecha. Tener esa sensibilidad en la mano para usar esa fuerza. Yo estaba preparado y estaba lúcido y te remarco, los chicos hoy todos juegan bien al tenis. ¿Quién hace la diferencia? El que maneja mejor las sensaciones, las emociones. No podés perder por no estar preparado, por no entrenar, por no haberte alimentado bien. Todos perdemos, no somos Djokovic ni Nadal ni Federer. Sacá a esos tres, los demás somos normales, perdemos todo el tiempo. Ojo, yo perdí con Gaudio por no estar preparado mentalmente y no saber manejar mis emociones. Por eso hoy trato de inculcar todo lo bueno que hice con lo que me faltó".

Hoy dedicado a la enseñanza en su academia de tenis en Rosario, Coria recordó cómo se dio cuenta que su carrera estaba llegando a su fin pese a que apenas tenía 27 años: "Fue un poco de todo, por mí físico y mi forma de jugar, de entrenarme y de vivir las 24 horas para el tenis, cuando ya no tenés ese hambre de gloria y te sentís hecho, mirás para atrás y ves todo lo que conseguiste. A mí se me reflejó automáticamente en los partidos porque ya no luchaba, no era un guerrero. Yo veía que perdía un punto y no me dolía o que el otro me buscaba y no me encontraba, eso se veía reflejado en el ranking y a mí no me gustaba verme 70 del mundo. Lo digo con respeto, después de todo el camino que recorrí para llegar al top 10".