El excéntrico irlandés Conor McGregor fue noqueado por el estadounidense Dustin Poirier en el segundo asalto de un combate que marcó su regreso a la UFC en Abu Dhabi, Emiratos Árabes.
McGregor, debutante en la UFC en 2013 y primero en coronar dos títulos de distintas categoría en 2016, retornó en la división ligero a un año de su última pelea, que le había ganado al estadounidense Donald Cerrone en Las Vegas.
Poirier, segundo en el ranking de la Ultimate Fighting Championship (UFC), se tomó revancha de la derrota por nocaut ante el irlandés en 2014 y lo invitó a un tercer combate tras autoproclamarse como "nuevo campeón".
El estadounidense sorprendió a McGregor con una patada a las piernas, encadenada a una ráfaga de golpes con las manos que lo hizo caer, antes de que el árbitro pusiera fin al combate, después de 2 minutos y 32 segundos del segundo round. Producto de los golpes que recibió en sus piernas, a McGregor se lo vio retirarse del Etihad Arena caminando con la ayuda de muletas.
Esta derrota, primera por nocaut en su carrera, puso en riesgo el futuro de McGregor en la organización más prestigiosa de Artes Marciales Mixtas (MMA) y también el millonario negocio de una eventual pelea de boxeo ante el filipino Manny Pacquiao.
"Es duro estar inactivo tanto tiempo", dijo el irlandés, de 32 años, en declaraciones reproducidas por la agencia de noticias AFP, tras su tercer combate en el octágono en más de cuatro años.
"Es difícil de aceptar. Voy a volver porque es lo que he hecho siempre. Voy a encajar este golpe", asimiló.
Fuente: Télam