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Sin poder ratificar lo bueno que habían hecho en la fecha pasada venciendo por 2-1 a Godoy Cruz y 4-0 a Lanús respectivamente, Tigre y Racing Club protagonizaron hoy un flojísimo partido con escasas situaciones de gol y empataron 0-0 en Victoria por la octava fecha del Torneo Apertura.
Un bombazo de Fernando Telechea al travesaño en la parte complementaria y algunas apariciones de Pablo Lugüercio en la etapa inicial fueron lo mejor que hicieron los dos equipos, de los que se esperaba más tras sus buenas producciones del anterior fin de semana.
La primera parte tuvo un pobre nivel porque el juego se cortó permanentemente por infracciones, y los dos conjuntos carecieron de creatividad para romper las dos líneas de cuatro que dispusieron. Precisamente, otro déficit que tuvieron ambos equipos fue la escasa participación en ataque de los mediocampistas, más preocupados por defender que por acompañar a los delanteros.
Racing salió con la idea de cederle el balón a Tigre para salir rápido de contragolpe y encontrar mal parado al equipo de Victoria. Por momentos lo consiguió, pero la falta de precisión de sus jugadores le impidió abrir el marcador.
Fue Lugüercio quien protagonizó lo más peligroso que generó la visita, pero se encontró con un sólido arquero Luis Ardente, quien a los 18 le tapó un mano a mano.
Tigre, en tanto, dependió demasiado de Román Martínez, pero el volante estuvo contenido y así los avances del local se dieron por centros hacia Denis Stracqualursi o remates aislados desde fuera del área.
En el complemento los dos equipos no cambiaron su forma de jugar, los entrenadores no arriesgaron y el encuentro se hizo intrascendente. Lo más destacable pasó a los 6 minutos cuando el violento remate de Telechea se estrelló en el travesaño.
Por su parte, Racing casi no se acercó al arco de Ardente ni tampoco encontró fluidez ofensiva con el ingreso de Gabriel Hauche. El resultado fue justo por la mediocridad del juego, un reflejo de la irregularidad de los dos en este campeonato.
