domingo 05 de mayo del 2024

La pelea política en los cinco grandes

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La pelea política en los cinco clubes que han dominado el fútbol argentino durante muchísimos años, provoca terremotos internos, posicionamientos inesperados y discusiones hasta el infinito. Está claro que River vive la dolorosa comprobación que se encuentra en una situación única, impensada, como es participar de un campeonato para el que nunca se había imaginado. A pesar del esfuerzo notorio de su entrenador y de un importante sector del periodismo, su importancia como institución clave del fútbol argentina, se observa obligadamente reducida por su intervención en la segunda categoría. Está claro: no juega contra Boca o Independiente, tiene que lidiar con Brown de Puerto Madryn o Boca Unidos o tragar el vinagre que significó perder con Aldosivi.

Con River fuera del mapa, las elecciones en Boca, Racing e Independiente tienen ingredientes similares y diferentes al mismo tiempo. Para empezar, la situación económica y deportiva de Boca es bien distinta: con un último balance que demuestra un superávit de 50 millones de pesos, el equipo de fútbol se consagrará campeón un par de fechas antes del final del Apertura 2011, con el retorno a la Copa Libertadores como premio mayor, para los primeros meses de 2012. Julio Falcioni está más sólido que nunca en su cargo y a fuerza de trabajo y eficacia, el equipo se amoldó a su estilo, más allá que sin Riquelme pierda cierta jerarquía.

Boca vive la pelea política en su máxima expresión: enemigos de Macri, defensores del actual gobierno kirchnerista y oportunistas encandilados con el buen momento deportivo, se han juntao para enfrentar a Daniel Angelici, el delfín del macrismo, quien renunciara a su cargo de tesorero hace un año y medio, disconforme con el contrato que firmó Riquelme con la administración de Jorge Ameal. A Angelici lo apoyan los radicales boquenses de Coty Nosiglia y el dirigente peronista Juan Carlos Crespi, enfrentado con sus actuales compañeros de Comisión Directiva. El resultado promete ser apretado y sin un ganador anticipado, gane o pierda Boca el domingo.

Si Boca gana o empata será campeón ante Banfield, pero podría serlo sin jugar también, porque el sábado el escolta Tigre visitará a San Lorenzo. El cuadro de Boedo vive un presente errático en lo institucional, con una dirigencia diezmada por los alejamientos y un esfuerzo del presidente Carlos Abdo y los directivos que se quedaron para tapar los enormes agujeros económicos que existen y se van descubriendo semanalmente. Encima, el equipo no le respondió a Omar Asad y llegó Leo Madelón para neutralizar impactos negativos, poner en juego su cariño por el club y su esfuerzo en sacarlo adelante. El peligro de la Promoción es real y el futuro no  dependerá solamente de San Lorenzo sino de los demás participantes en la pelea por no descender. Y los refuerzos que se piden desde las tribunas azulgranas, no guardan relación con la deuda que tiene el club.

Racing es un cambalache. Hace días, nada más, tenía una dirigencia seria que había reconstruído la credibilidad política en el club, un técnico serio y con ideas renovadoras y un plantel jerarquizado y con enorme futuro. Hoy, a días de las elecciones, el presidente Molina y el vice Podestá están enfrentados y militan en listas distintas. Simeone perdió credibilidad al armar un equipo timorato, sin vuelo y con demasiados temores por la derrota. Los jugadores no demostraron su jerarquía, incluso los colombianos Moreno y Gutiérrez han quedado parados en veredas opuestas dentro y fuera de la cancha. Varios han cumplido un ciclo jugando con la camiseta albiceleste y apenas Sebastián Saja ha justificado con creces su participación.

El otro grande es Independiente, que este año desperdició todas y cada uno de las chances que ha tenido para ganar un torneo internacional y ratificar su poderío fuera del país. El técnico Antonio Mohamed se alejó enfrentado con el presidente Comparada y con la barra brava, de injerencia creciente en la política interna. Con Ramón Díaz, el equipo mejoró algo, pero también tiene su techo porque le faltan seguridad defensiva, juego en la mediacancha y efectividad en el ataque, como a casi todos los planteles argentinos. Mientras tanto, la deuda supera los 200 millones de pesos y las elecciones tienen tres candidatos, con la particularidad de que el actual presidente se candidatea a vice, oculto detrás del funcionario provincial Álvarez de Olivera. La barra brava, atenta, espera su oportunidad para seguir lucrando con el club.

Cinco grandes, destinos diferentes pero problemas comunes, aunque Boca tenga una sonrisa y una tranquilidad que los demás no pueden exhibir. Ni por asomo.