jueves 02 de mayo del 2024

Pánico en River

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Un agente desconocido deambula por las inmediaciones del Monumental y los campos de Ezeiza. Invisible a los ojos humanos, ataca a personas jóvenes y activas. No se conoce como surgió y se ignoran los motivos que lo llevaron a afectar a una población tan reconocida. Las autoridades alertadas por el aumento de casos han declarado la alerta sanitaria.

Es común, en epidemiología, definir como brote a la aparición de dos o más casos de una enfermedad asociados en tiempo, lugar y persona. Esta relación, también, debe no ser esperada por el personal de salud, o sea debe superar en magnitud a lo habitual o esperado. En este caso, pese a no ser un agente infeccioso, podríamos decir que River está sufriendo una epidemia de lesiones ligamentarias (más precisamente del ligamento cruzado anterior).

Jonatan Maidana fue el primer afectado, el 23 de septiembre en el Monumental, frente a Racing. Martín Aguirre y Ramiro Funes Mori lo sufrieron juntos, un mes después, en el superclásico del 28 de octubre. Y el último fue el de Germán Pezzella, el miércoles pasado, en Rafaela. La lista de “infectados” se incrementa partido a partido, se desconoce la cantidad de jugadores susceptibles y esta “enfermedad”, que no es infecciosa aunque lo parezca, está aquejando de una manera excesiva al necesitado equipo de Almeyda.

"Hay que hacer hincapié en la unidad psicofísica –dijo Gustavo Ríos, médico a cargo del plantel de River– no podemos ser necios de pensar que sólo es físico. Son chicos jóvenes, absorben muchas presiones y están dentro de un marco y un escenario donde las exigencias y las obligaciones están a la orden del día. De hecho, yo les dije que se dieran cuenta que todas las roturas, hasta ésta última, habían sido en el Monumental".

Pese a que los cuatro futbolistas sufrieron la misma lesión, la fisiopatogenia (también llamada mecanismo de lesión) ha tenido dos vertientes: Maidana y Aguirre sufrieron un traumatismo desestabilizante en la rodilla y el ligamento se lesionó a consecuencia del trauma, por el contrario Funes Mori y Pezzella se rompieron “solos” (sin tener contacto con otro jugador). Esta diferencia, que a simple vista podría parecer nimia, en el análisis profundo sirve como soporte para la teoría esgrimida por el Dr. Ríos, sobre la cuestión psicofísica.

Los ligamentos cruzados son dos “sujetadores” que estabilizan la rodilla, en el plano rotacional y en el anteroposterior: sirven para que la articulación no gire ni se desplace (hacia adelante/atrás) sin la respectiva correlación de un hueso (fémur o tibia) sobre el otro. Cuando el desplazamiento excesivo se realiza producto de un traumatismo, no hay mucho factores para analizar. Ahora cuando el mecanismo de lesión, como en el caso de Funes Mori y de Pezzella, es debido a la ejecución de un movimiento anómalo, hay que pensar en otros factores, sean estos musculares (desbalances), mecánicos (ejes y palancas de movimiento) y/o propioceptivos (capacidad del organismo de coordinar el movimiento del cuerpo, ajustando la posición de cada articulación de acuerdo a las variaciones del todo).

En River, preocupados por la epidemia, se propusieron primero controlar el brote y de ser posible erradicar la enfermedad. Por eso, si usted frecuenta estos lugares, debo advertirle que no hay una vacuna capaz de garantizarle la inmunidad pero en la SALA DEL JUGADOR , en la página de la FIFA, encontrara el “Programa 11+”, un plan específico de precalentamiento que disminuirá su riesgo de convertirse en una nueva víctima. Sea precavido. Cuídese.