Hay una lectura posible a partir de lo que se ve, de lo que está en la superficie: que a San Lorenzo le sale todo mal. Porque justo ahora, después de los dos triunfos seguidos que atenuaron su crisis deportiva, después de cortar la racha de 15 partidos sin victorias y de recuperar cierta tranquilidad durante el mini receso, la Superliga anuncia que le descontará seis puntos y que no podrá incorporar futbolistas en el próximo mercado de pases por incumplimientos en contratos y declaraciones juradas. Pero hay otra lectura posible, más sigilosa, menos superficial, que se desprende de la trama política que involucra a Matías Lammens y Marcelo Tinelli, los dos máximos dirigentes del club que, a la vez, empiezan a consolidarse en el espacio que impulsa a Roberto Lavagna como candidato a presidente.
El fallo de la Superliga se confirmó luego de que la firma auditora EY (Ernest & Young) validara el procedimiento de revisión y remitiera el informe del caso al Comité de Disciplina, integrado por Mario Laporta (presidente), Angel Nardiello (vicepresidente), Daniel Artana, Hernán Etiennot, Gustavo Abreu y Carlos Rotman. La medida se basó en infracciones a los artículos 95 y 97: incumplimiento en el pago de sueldos a los jugadores y falta de veracidad en las declaraciones juradas. Sin embargo, y aunque en su fallo el Comité de Disciplina rechazó los argumentos del club para evitar la sanción, Lammens anunció que apelarán. "Es por la refinanciación que hicimos, luego de la devaluación, de las primas de algunos contratos que están en dólares. En todos los casos la refinanciación fue aceptada por los jugadores y pagada como se acordó", dijo el presidente del Ciclón al Diario Perfil. Y agregó: "Con los abogados del club vamos a trabajar y preparar la apelación, porque entendemos que ya elevamos argumentos atendibles para que la Superliga no nos sancionara".
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Roscas. Habrá que leer entre líneas. O no tanto, si se advierte el origen de algunos miembros del tribunal. Su presidente, Laporta, es un abogado penalista, hincha de Boca, que responde a Daniel Angelici; en noviembre de 2018 fue propuesto como vocal del Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público Fiscal de la Nación. Rotman, por su parte, forma parte del Departamento de Legales de Racing y se encarga de la infraestructura, sobre todo de las reformas en el estadio. Su misión en Racing fue la carta formal para entrar al Comité de Disciplina, aunque tenía otra mucho más determinante: su amistad con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, un hombre cada vez más influyente en la política del club de Avellaneda. Los dos firmaron y motorizaron la sanción a San Lorenzo. Otro intento de esmerilar las intenciones de Lammens para postularse en la Ciudad, y de Tinelli respecto de incursionar en la provincia de Buenos Aires.
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No es la primera vez que desde el oficialismo llegan dardos. A principios de año, y luego de que se viralizara de manera sorpresiva el hashtag #LammensChanta con una lluvia de críticas a la gestión en redes sociales, desde el club deslizaron que detrás de eso estaba el Gobierno. El pasado viernes, luego de que se publicara la sanción de la Superliga, Lammens se escudó diciendo que otros clubes están en la misma situación. Dicen que en el Comité de Disciplina ya están analizando otros casos. Mientras tanto, las sospechas crecen.
(*) Esta nota fue publicada en el Diario Perfil.