Argentina lo hizo otra vez. Como aquella Generación Dorada que nos dejó inolvidables recuerdos en Indianápolis 2002, Atenas 2004 o Beijing 2008, la selección de básquet, hace unos años denominada El Alma, marcó otro hito en el Mundial de China tras arrasar a Francia en la semifinal.
El equipo que lidera el gran capitán, Luis Scola, con 39 años y un espíritu de novato que recién salta a una cancha, dominó en tiempo completo a un rival que asomaba como otra bestia negra y que venía de darle un mazazo a Estados Unidos con 18 puntos en los últimos cinco minutos. Con un Campazzo cada vez más gigante, indefendible y corajudo. Con un Deck que no tiene techo y vuela cada vez más alto. Con un Garino que es la pesadilla para cada atacante... El Alma jugará otra final. La tercera en su historia mundialista y ante España, aquel que amargara justamente al Oveja Hernández y compañía en las semis de Japón 2006.
Lee también: El eterno abrazo de Manu Ginóbili con Scola
La semi ante Francia en Beijing dejó imágenes conmovedoras, dentro y fuera de la cancha. Manu Ginóbili, aquel campeón olímpico con la Celeste y Blanca, fue testigo directo de una nueva épica. Los hinchas que viajaron hasta China se abrazaron, alentaron y lloraron sin parar. Dentro del rectángulo, los cinco leones argentinos hicieron su trabajo y se devoraron a los franceses.
Falta un pasito más. Un último esfuerzo. Hay esperanzas, este equipo tienen con qué. Sobra Alma, sobran ganas. Hay talento, hay disciplina táctica, hay compromiso, hay unión, hay respeto y hay buenas personas. Hay ilusión para levantar la copa del mundo por segunda vez.
Las mejores fotos de Argentina 80 - Francia 66 (Créditos AFP y FIBA)
Por Federico Henault