El gambito de dama es una invitación, un convite. A grandes rasgos, se trata de una apertura de ajedrez que consiste en ofrecer alguna pieza para después sacar ventaja de esa jugada. El oponente puede aceptar o rechazar la invitación. Alan Pichot, el mejor ajedrecista de la Argentina, es contundente: “Acepto este gambito de dama”.
Pichot habla, por supuesto, de la serie del momento, “Gambito de Dama”. Lo que acepta el ajedrecista, lo que rescata de la producción de Netflix, es que el deporte llegue a distintos ámbitos. “Es atrapante, con una trama que cumple su función, que es gustarle tanto a personas del ámbito del ajedrez como a los que no tienen conocimientos previos. Agradezco que el ajedrez vuelva a estar en boca de todos”.
La serie narra la historia de Beth, una niña que queda huérfana a los 8 años y la derivan a un orfanato. Introvertida, insegura, con dificultades para relacionarse, debe luchar contra las ausencias que marcaron su vida. Hasta que de manera casual enfrenta un tablero de ajedrez. Ahí encuentra su lugar en el mundo, el espacio que la contiene. Cuando juega al ajedrez se siente libre.
Con talento y obsesión, Beth empieza a demostrar su capacidad para mover las piezas. Así, partida a partida, se va haciendo lugar en un ámbito casi exclusivo de hombres. Y no se pone límites: quiere ser la número uno del mundo. En el camino deberá enfrentar a los mejores ajedrecistas del planeta, que durante la Guerra Fría fueron rusos. Hombres rusos. Esa es Beth: una muchacha que se propone combatir ese reinado masculino.
En su carrera hacia la cima del mundo Beth debe enfrentar sus propios fantasmas: la adicción a los calmantes que comenzaron cuando se los daban en el orfanato, a los que después le sumó el alcohol.
“Lo que critico es que a los ajedrecistas siempre se nos expone como a personas con problemas mentales o como ‘genios locos’, cuando en realidad no es así”, se queja Pichot. Algo de eso hay en la serie: Beth no sale, habla poco y casi no tiene amigos. Vive para el ajedrez. Juega, juega y juega, y cuando no juega al ajedrez habla de ajedrez o lee libros de ajedrez. Su mundo se limita a 64 casilleros.
El Gran Maestro, de todos modos, rescata que la protagonista de la historia sea una mujer: “Me alegra ver a un personaje femenino que tiene la posibilidad de enfrentarse ante cualquier rival y es tratada con mucho respeto, incluso en un ámbito conformado mayormente por hombres. Y más teniendo en cuenta que se centra entre los años 50 y 60, una época donde las mujeres sufrían aún más las consecuencias del machismo”.
Desde que se estrenó en octubre, “Gambito de dama” se convirtió en la serie más vista en 27 países. Fue bien recibida por los televidentes y por la crítica. Hasta el escritor Stephen King la elogió: “He visto mucha televisión durante este maldito año. Sé que no estoy solo, y lo mejor de lo mejor es “The Queen´s Gambit”. Totalmente emocionante”.
Definitivamente, vale la pena sumergirse en los siete capítulos de “Gambito de dama”. La van a disfrutar aún aquellos que ni siquiera sepan cómo se mueve un alfil.