sábado 20 de abril del 2024
Documental

Vilas: la obsesión por ser el número uno del mundo

El documental que se estrenó esta semana en la plataforma Netflix muestra la descomunal investigación que durante doce años encaró el periodista Eduardo Puppo para convencer a la ATP de que Vilas debió liderar el ranking mundial durante siete semanas. Con algo de intriga y mucha emoción, “Vilas, serás lo que debas ser o no serás nada” detalla el desafío obsesivo y al límite nacido de la pasión.

El documental sobre Guillermo Vilas que esta semana se estrenó en la plataforma Netflix no es en realidad un documental sobre Guillermo Vilas. El motor de la historia no está impulsado por la extraordinaria carrera del tenista. Lo que cautiva y nos lleva de las pestañas hasta la última escena es el desafío que se propone el periodista Eduardo Puppo. Vilas, acá, es una excusa. 

¿Qué es lo que pretende Puppo? Que la ATP, la entidad que organiza el principal circuito de tenis, reconozca que el marplatense llegó a ser el número uno del mundo. Busca un reconocimiento con 35 años de delay. Necesita probar que el organismo cometió errores en los puntajes que adjudicaron entre el ‘73 y el ‘78, y para eso se embarca en un proyecto descomunal que le va a llevar 12 años.

Lo que narra este documental, en definitiva, es la historia de una obsesión. Un tipo que decide reparar una injusticia y no tiene reparos en llegar a fondo. El mail que Puppo le envía al presidente de la ATP con su investigación tiene 1.232 archivos y 1.119 páginas. Es un trabajo monumental hecho por un orfebre de los datos. Ahí hay dedicación, tiempo, pasión y mucho amor.

Conocemos el final, sabemos que no habrá justicia ni reivindicación. Por eso nos compadecemos de las lágrimas de Vilas y nos emocionamos con las de Puppo

Por supuesto que esta gesta protagonizada por Puppo está acompañada por escenas de archivo con los partidos más decisivos de la carrera del marplatense. Aparece también el propio Vilas haciendo un repaso por su historia. Y hay una serie de testimonios de Rafael Nadal y Roger Federer, y de los ex tenistas Björn Borg, Boris Becker, Mats Wilander y Gabriela Sabatini. Todos los recursos están enfocados en demostrar que Vilas fue el número uno del mundo. Pero todavía Puppo tiene que convencer a los dirigentes de la ATP.

La investigación del periodista fue tan absorbente que hasta involucró a María Luz, su esposa. Ocurrió que en un momento del proceso de búsqueda la casa fue tomada por cajas repletas de papeles con estadísticas y libros sobre la historia del tenis. La vivienda devino depósito y el matrimonio empezó a tambalear. “No podíamos invitar amigos porque no teníamos lugar donde atenderlos”, confiesa María Luz en el documental. Hasta que encontraron la solución: ella se sumó al operativo.

El aporte de María Luz fue fundamental: en un momento en que Puppo estaba abrumado por la cantidad de datos y no sabía cómo podía hacer para procesarlos, ella encontró en internet a un ingeniero informático rumano tan fanático del tenis y obsesivo como su marido. Por supuesto, el rumano se sumó a la aventura y logró sistematizar los resultados de cientos de partidos de Vilas y Jimmy Connors. El resultado fue determinante: en septiembre del ‘75 y enero del ‘76 Vilas sumó más puntos que el tenista estadounidense. Durante siete semanas fue número uno del mundo, pero la ATP falló en sus cálculos.

Más allá de la revelación, lo notable de “Vilas, serás lo que debas ser o no serás nada” son los climas que logra. Conocemos el final, sabemos que no habrá justicia ni reivindicación. Por eso nos compadecemos de las lágrimas de Vilas, nos emocionamos con las de Puppo y reivindicamos ese vínculo que arranca como una relación profesional y termina en una entrañable amistad.

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