viernes 19 de abril del 2024
PANDEMIA Y NEGOCIOS

El pedido de Uruguay detrás de la gestión por las vacunas que recibirá Conmebol

El presidente de ese país, Luis Lacalle Pou, y el titular del organismo del fútbol continental compartieron un asado hace un mes en Montevideo. La intención de que el estadio Centenario sea sede de la final de la Libertadores y que Uruguay se convierta en una "zona franca" del fútbol.

En las últimas horas, referentes políticos de la oposición en Uruguay están escandalizados porque en medio de una situación sanitaria al borde del colapso, el presidente Luis Lacalle Pou actuó como puente para que la Conmebol recibiera 50 mil dosis de la empresa farmacéutica Sinovac Biotech, de China.

El objetivo del organismo que regula el fútbol continental es destinar ese lote a futbolistas y personal vinculado al fútbol en las Copas Libertadores y Sudamericana, y en la Copa América que se disputará en Colombia y Argentina a partir de junio.

“Vemos que el presidente anunció la cooperación con la Conmebol. De repente esa misma consideración la podría tener para el departamento de Canelones”, dijo sorprendido el intendente Yamandú Orsi, uno de los referentes del Frente Amplio, ahora en la oposición a nivel nacional. En esa región, la segunda más poblada del Uruguay, el plan de vacunación avanza mucho más lento que otras.

Detrás del agradecimiento público del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, por los “buenos oficios” del presidente uruguayo se esconde una negociación para que Uruguay escale en la FIFA y sobre todo en el negocio del fútbol a nivel global.

El acuerdo para facilitar las vacunas empezó a cerrarse hace menos de un mes, cuando Domínguez viajó hasta Montevideo para participar de la inauguración del centro deportivo del Montevideo City Torque.

Allí plantó árboles junto a Lacalle Pou en un entorno bucólico –cinco canchas, vestuarios, gimnasio, oficinas digitalizadas e instalaciones de primer nivel– propio de lo que simboliza: ni más ni menos que el aterrizaje del City Football Group, de Abu Dhabi, al fútbol sudamericano. El Torque, creado en 2007 por empresarios uruguayos que residen en Cancún, ya compite con Nacional y Peñarol, y probablemente en los próximos años compita en torneos continentales. El dinero a veces acorta los tiempos.    

Montevideo City Torque
Como sucedió con el Montevideo City, Lacalle Pou quiere que Uruguay reciba capitales extranjeros para desarrollar el deporte.

Aquel día, luego de las fotos de ocasión y de la inauguración protocolar, Lacalle Pou invitó a Domínguez a un asado en el coqueto barrio El Prado. El presidente y el gobierno uruguayo tienen especial interés en que ese país tomé mayor protagonismo en el concierto del fútbol internacional, y para cumplir esa ambición hubo algunos pedidos puntuales.

En el mediano plazo aparece, por supuesto, la organización del Mundial 2030, que todavía no está decidida. Pero en lo inmediato se vislumbran algunos intereses políticos que la Conmebol puede conceder como moneda de cambio por los recientes favores: que el estadio Centenario sea la sede de la final única de la Copa Libertadores es uno de ellos. Esto sería para 2022, aunque hay quienes no descartan que el caos sanitario regional lo adelante para este año, siempre y cuando Uruguay inmunice a su población en los próximos meses.

Además de eso, la intención del gobierno liberal que lidera Lacalle Pou es posicionar a Uruguay como un “hub deportivo”, una suerte de zona franca que promueva la llegada de capitales extranjeros para desarrollar a diferentes clubes o disciplinas. El caso del Montevideo City es acaso la hipérbole de esa idea. Aunque lo que se conozca ahora no es eso, sino las vacunas que recibirá la Conmebol por la gestión del gobierno uruguayo.