Por todo lo que ganó y las alegrías infinitas que le dio a los hinchas, Juan Román Riquelme es el ídolo máximo de la historia de Boca pero su figura y su clase para jugar al fútbol son tan particulares que genera admiración en mucha gente más allá de los colores como le pasa a Brian Sarmiento, que tuvo la suerte de enfrentarlo en 2013 por los octavos de final de la Copa Argentina aunque nada salió cómo él lo había imaginado, al menos con el 10 del Xeneize porque ese día All Boys ganó 3-1 con él como gran figura y avanzó de ronda en la competición.
"Yo estaba por salir a la cancha y estaba nervioso porque lo quería ver a Román, hasta que empezara el partido y después me concentraba, ya en la fila para entrar a la cancha me puse lo más cerca posible, él estaba primero porque era el capitán y yo estaba segundo", comenzó el futbolista de 30 años en Podemos Hablar.
Y siguió su divertida anécdota: "Empezamos a jugar y era uno de esos días que te salen todas, tocaba la pelota de acá para allá, estaba contento, había hecho mis necesidades. Todo perfecto, calzoncillo rojo, la media cortadita. Íbamos ganando 2-0 y en el segundo tiempo ya Román empezó a jugar con sus virtudes, tiene experiencia, habla con los árbitros y lo respetan. Empezó a putearlo al árbitro y le decía 'empezá a cobrar para nosotros. Cobrá bien, no te hagas el boludo'. Y Pitana empezó a cobrar todo para Boca y de a poco nos metían dentro del arco. Entonces en un tiro libre me acerco y le digo 'Pitana dejá de romper los huevos, estás cobrando todo para ellos' y Román al lado me dice 'cerrá el orto pendejo'. Lo miro y le digo: 'Román yo no te estoy puteando. ¿Por qué me tratás así?' Y me dice 'bueno, cerrá el orto y andá para allá'. Y ahí lo miro y le digo 'Román, chupame bien la...”, recordó el Banfield y Newell's e hizo reír a Andy Kusnetzoff y al resto de los invitados al programa.
Pero eso no fue todo, porque como siempre se muestra Brian si hay algo que le sobra es actitud y más allá del cruce que había tenido con Román, seguía siendo su ídolo y quería aprovechar la oportunidad: "Conclusión: nos meten el 2-1 pero yo hago el tercero y me eligen figura del partido. Todos mis compañeros contentos pero yo entro al vestuario y me sentía mal. Yo quería cambiar la camiseta con Riquelme y lo mandé al utliero. Estaban todos festejando y yo nervioso esperando. Al rato le veo venir de vuelta con mi camiseta: 'dice que te la metás en el culo'. Después no lo vi nunca más. Es un ídolo, es un fenómeno", explicó con gracia pero sin rencor.