viernes 06 de diciembre del 2024
Historias mínimas

El día que el Oso Arturo metió un gol con una asistencia de Bochini

El personaje que durante más de diez años fatigó el programa de Tinelli jugó un partido a beneficio en la cancha de Independiente y se dio el lujo de convertir gracias a un pase gol del Bocha. Video.

Ocurrió hace varios años, veinte, tal vez más, y bien podría calificar como la jugada más inverosímil de la historia del fútbol. Fue en un partido a beneficio, de esos que mezclan a ex futbolistas pasados de kilos con famosos para recaudar fondos con un fin solidario. Pero todo esto en definitiva es irrelevante, lo que importa acá son los protagonistas: el Oso Arturo y Bochini. Y la jugada.

En un día tan impreciso que bien pudo haber sido un sábado a la mañana o un jueves a las tres de la tarde, el partido se disputó en la legendaria Doble Visera con el bonus track de volver a ver al Bocha diez años después de su retiro. Todo funcionaba como suele funcionar en estos casos: jugadores improvisados, torpezas varias, clima de amistoso y un árbitro que se sumó al show. Hasta que ocurrió la magia.

En una de los incontables cambios, entró el Oso Arturo, el personaje que por entonces se había hecho muy popular en Showmatch. Fanático de Independiente, durante el programa el personaje cruzaba chicanas con Marcelo Tinelli, enfermo de San Lorenzo. Así, en carácter de hincha reconocido, el oso se sumó a la iniciativa solidaria del Rojo.

En Miami, donde se instaló hace unos años porque sentía que en la Argentina no iba a poder progresar, Arturo le podría decir a cada latino se le cruce: “¡Yo hice un gol gracias a un pase de Bochini!”. Pero acá, en Buenos Aires, el Bocha podría sentenciar: “Le hice hacer goles hasta al Oso Arturo”.

La cuestión es que ni bien pisó el césped, Arturo se mandó a jugar de delantero. Y allí andaba, merodeando el área, con esos movimientos limitados y casi sin poder correr, cuando la pelota pasó por los pies del Maestro. Y cuando la pelota pasaba por los pies del Maestro podían ocurrir milagros. Esa vez tampoco falló.

Con la misma naturalidad que admiró el mundo del fútbol, Bochini puso un pase entre los centrales y dejó al personaje tinellesco mano a mano con el arquero. Arturo se encontró con la pelota y con la oportunidad de su vida. Y tampoco falló: apenas la tuvo que empujar con esas zapatillas gigantes que lo provocaban ese andar rústico.

Es improbable recordar el nombre del arquero/víctima o de algún otro jugador que ese día haya compartido el equipo con el oso. Las certezas son mínimas. El gol fue en el arco de la Visera, eso seguro. El resto quedó sepultado por la desmemoria. No hay videos que prueben la historia ni fotos que la confirmen. Como  los grandes hitos de la historia de la humanidad, la escena se sostiene de generación en generación por transmisión oral.

Hay un único documento que le da veracidad a este episodio. En su cuenta de Instagram, el Oso subió el año pasado un video en el que el propio Bochini recuerda el partido que jugaron juntos y promete un reencuentro en la cancha del Rojo para cuando termine la pandemia.

Lo más notable de esta historia es que ubica a Bochini en un lugar inclasificable. Los pases gol al Beto Outes, a Percudani, al Puma Morete o a Franco Navarro siempre estuvieron dentro de las genialidades terrenales. ¿Pero cómo definimos a un tipo que le hizo hacer un gol a un dibujito animado?

En Miami, donde se instaló hace unos años porque sentía que en la Argentina no iba a poder progresar, Arturo le podría decir a cada latino se le cruce: “¡Yo hice un gol gracias a un pase de Bochini!”. Pero acá, en Buenos Aires, el Bocha podría sentenciar: “Le hice hacer goles hasta al Oso Arturo”.

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