viernes 26 de abril del 2024
Mundo Boca

El emocionante homenaje de los jugadores de Boca a las víctimas de Puerta 12

Previo al inicio del entrenamiento de Boca Juniors, el equipo que entrena Sebastián Battaglia decidió homenajear a las víctimas del trágico episodio que tuvo lugar hace 54 años en el Estadio de River.

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En homenaje a un día trágico en la historia del fútbol como lo fue el 23 de junio de 1968 en la Puerta 12 del Estadio de River Plate donde murieron 71 hinchas de Boca Juniors por asfixia y aplastamientos luego de un amontonamiento, los jugadores del conjunto azul y oro decidieron realizar un emocionante gesto antes del entrenamiento.

En un video que publicó la cuenta oficial de la entidad xeneize durante la tarde, revelaron que los futbolistas y el cuerpo técnico liderado por Sebastián Battaglia decidieron hacer un minuto de silencio con el objetivo de recordar a las víctimas de aquel episodio.

"Minuto de silencio del plantel dirigido por Sebastián Battaglia previo al entrenamiento en Casa Amarilla en homenaje a las víctimas de la tragedia de Puerta 12. Siempre presentes", escribió la cuenta oficial de Boca.

Además, las diversas disciplinas del club homenajearon a las víctimas como el fútbol femenino, los Deportistas amateurs y el volley femenino que también fueron compartidos a través de las redes sociales oficiales.

A 54 años de la tragedia que dejó un saldo de 71 hinchas fallecidos, muchos jóvenes de entre 13 y 20 años, y más de cien heridos, las causas aún no se esclarecieron y los rumores abundaron por la planificación de salida de los simpatizantes.

Desde que las puertas plegables estaban cerradas, que no retiraron los molinetes o que la policía montada hizo volver a los hinchas por una violenta represión en plena dictadura del presidente de facto Juan Carlos Onganía, son algunas de las teorías que circularon en torno a esta situación.

Uno de los sobrevivientes de aquella escena relató en una entrevista con El Gráfico: "Había un hombre que tenía la vereda delante de sus ojos y no podía salir. Me estiraba la mano para que lo sacara porque de la cintura para abajo no podía moverse. (...) Tenía los ojos llenos de sangre por la presión y no podía destrabarlo. Era una pared de gente".