Todo le cuesta a Independiente. El protocolo del Rojo indica que primero hay que saber sufrir. Después, se sabe, manda el resultado, pero salga como salga Independiente sufre.
El triunfo de este martes ante Montevideo City Torque por 3-1 fue sintomático. Independiente se quedó con los tres puntos, que además le permiten quedar como líder de la zona, pero el triunfo lo tuvo que trabajar, que padecer más de lo esperado.
Que Independiente no brilla, está claro. Pero en la Copa Sudamericana por lo menos ofrece chispazos prometedores. Algún síntoma de rebeldía. Mejores intenciones. Que no son suficientes, pero le vienen dando resultado.
Después de un primer tiempo que mostró a un Rojo más ambicioso que en el torneo local, el segundo arrancó con sorpresa: gol de City Torque. El equipo más joven del Uruguay le estaba ganando al Rey de Copas. Y en Avellaneda.
Independiente estaba obligado a reaccionar. Con el ingreso de Jonathan Herrera para que acompañe a Silvio Romero, Julio César Falcioni se la jugó con dos 9. Y cumplieron. Primero Romero y después Herrera le dieron el desahogo al Rojo. El gol en contra sobre el final cerró un partido que, más que ganar, sufrió.
Un Independiente algo más ambicioso
En la Copa Sudamericana no hay especulación posible: sólo clasifican los primeros de cada grupo. Los equipos no tienen margen para conformarse con empates tibios. Falcioni lo sabe, entonces está obligado a que Independiente salga a buscar los partidos, a que muestre una versión más agresiva.
Las diferencias entre el Rojo que aburre en la Copa de la Liga y el que juega la Copa son notables. En el empate ante Unión, el triunfo frente a Defensa y Justicia y la derrota con Racing tuvieron un común denominador: no los buscó, le faltó protagonismo, ambición.
Este miércoles ante el equipo uruguayo, en cambio, el equipo mostró una cara levemente mejorada, como ocurrió en Bolivia ante Guabirá, también por la Sudamericana.
Que Independiente no brilla, está claro. Pero en la Copa por lo menos ofrece chispazos prometedores. Algún síntoma de rebeldía. Mejores intenciones. Que no son suficientes, pero le vienen dando resultado.
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