Sin tener tiempo para lamentarse por la derrota en el Superclásico ante River, en Boca se vieron obligados a dar vuelta la página rápidamente y ponerse el chip de la Copa Libertadores para enfrentarse a Palmeiras en la revancha de las semifinales en Brasil.
Previo a partir a tierras brasileñas, el Xeneize tuvo su último entrenamiento en el predio de Ezeiza donde Jorge Almirón sorprendió por la modalidad que tuvo. Habitualmente el DT hace fútbol dos días antes de los partidos donde presente un potencial once.
En esta oportunidad, Almirón optó por una metodología diferente para evitar el desgaste de sus futbolistas y también para no dar indicios de cara al duelo con Palmeiras. El técnico decidió hacer un reducido con un mix entre titulares y suplentes.
De esta manera, no hubo demasiadas cargas para los jugadores y al mismo tiempo siembra más incertidumbre de cuál será el equipo que pare en el Allianz Park en búsqueda de la final de la Copa Libertadores.
Sumado a eso, en un momento se especuló que Boca trabajaría en un terreno de juego con césped sintético como tiene el estadio del Palmeiras para aclimatarse a dicha condición, pero finalmente los trabajos realizados fueron en césped natural como es habitual en el plantel.
Dudas en el fondo: Rojo y Figal trabajaron diferenciado
Demostrando que el trabajo previo al choque con Palmeiras fue liviano desde lo físico para no arriesgar la condición de ninguno de los jugadores, Marcos Rojo y Nicolás Figal, centrales titulares, no formaron parte del reducido entre titulares y suplentes.
El capitán abandonó el terreno de juego en la ida con el equipo brasileño y arrastra una molestia en el gemelo, mientras que Figal acusa dolores en una de sus rodillas.
Por eso, ambos futbolistas trabajaran de manera diferenciada para poder ser parte del once, sin estar al 100% desde lo físico.
JP
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