viernes 29 de marzo del 2024

El camino de Jorge Sampaoli hacia la debacle

Probó decenas de jugadores, viajó por toda Europa y escuchó a los referentes. Distintos sistemas, pero pocos resultados en ocho partidos oficiales. ¿Seguirá al mando de la Selección?

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El histórico papelón del 38-38 en las elecciones de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) le abrió las puertas de la Selección mayor a Jorge Sampaoli, un entrenador que nunca encontró el rumbo futbolístico y terminó con poca autoridad, casi nula, en el plantel.

Dirigentes en  plena guerra por el mando, una votación alterada y un presidente, Claudio Chiqui Tapia, elegido por consenso entre quienes formaron bandos para pelear por el poder. Luego de todo eso, para llegar al banco de la Albiceleste, tras el desplazamiento de Edgardo Bauza, la AFA desembolsó una parte de los 1,5 millones de euros de la cláusula de rescisión para sacar a Sampaoli del Sevilla.

El fútbol se siente y se vive, no se estudia. Desde ahí parto”, confesó el director técnico nacido en Casilda cuando fue presentado de manera oficial por Chiqui Tapia como seleccionador nacional.

Sampaoli llegó, supuestamente, para apagar el incendio en las Eliminatorias, en las que fue el tercer cabecilla que tuvo el plantel liderado por Lionel Messi. Pero nunca estudió y se dedicó a vivir y sentir el fútbol caminando de un lado al otro en el "corralito".

Debutó con una victoria el 1 de junio de 2017 en un amistoso contra Brasil. Antes del partido, ya se observaba a un Sampaoli cambiante. Primero probó su famosa idea con línea de tres defensores, en la que se necesita de un trabajo ordenado, con un líbero y dos stoppers que conozcan el sistema más dos carrileros que puedan recorrer toda la banda y ayudar en el despliegue defensivo.

Después, intentó con cuatro jugadores en la defensa y hasta bosquejó sistemas impensados para el estilo de la Selección: 3-4-2-1, siguió con un más lógico 4-3-2-1 y continuó con un poco habitual 3-3-3-1. Muchas pruebas desde el inicio del ciclo marcaron el camino que terminó en debacle con la eliminación en octavos de final del Mundial Rusia 2018.

El 31 de agosto de 2017 hizo su presentación oficial en el enfrentamiento con Uruguay que terminó sin goles, por la décimo quinta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas. Paró en la cancha un 3-4-2-1.

El 9 de septiembre, por la fecha 16, la Selección empató 1-1 con Venezuela y el sistema táctico fue el mismo (3-4-1-2). En la penúltima jornada cambió, el equipo se formó con un 4-2-3-1 pero no pudo marcarle ningún gol a la Perú del Tigre Gareca.

Argentina llegó a la última fecha de las Eliminatorias con la obligación de ganar en Ecuador para clasificar al Mundial y lo hizo por 3-1. ¿Con qué sistema? El inoxidable 4-4-2, con el que más cómodos se sienten los jugadores.

En la Copa del Mundo Sampaoli siguió probando, nunca tuvo una idea clara y la cachetada de Croacia en el segundo partido del Grupo D marcó un quiebre en su trabajo.

Dicen que perdió autoridad frente a los jugadores, que Messi y Mascherano armaron la formación para jugar el duelo decisivo contra Nigeria. Verdad o no, lo que quedó claro es que no hubo idea de juego, tampoco un equipo que potencie a Messi. ¿Se sabe a qué juega la Selección de Sampaoli? Para muchos, no.

En Rusia, la Selección se paró 4-2-3-1 contra Islandia, 3-4-2-1 frente a los croatas, 4-4-2 vs Nigeria y 4-3-3 en la caída ante Francia.

Probó decenas de jugadores, viajó por toda Europa, escuchó a los referentes, vio partidos de allá y del fútbol argentino. Está en el lugar que siempre soñó, tiene un cuerpo técnico numeroso y el apoyo firme de la cúpula de la AFA.

Sin embargo, no logró transmitir sus conocimiento, sus ideas no encajaron en el plantel y los resultados lo demostraron. Ocho partidos oficiales. Cuatro en las Eliminatorias (un solo triunfo) y cuatro en el Mundial (una sola victoria). Seis puntos de 24 posibles.

Cuando cambias nombres y esquema se hace difícil”, dijo Lucas Biglia en una conferencia de prensa en Rusia junto al presidente de la AFA. Los futbolistas nunca se sintieron cómodos.

Tiene contrato hasta la Copa del Mundo que se jugará en Qatar en 2022, cobra 1.8 millones de dólares por año y el que lo quiera despedir deberá pagarle 20 millones por la cláusula.

¿Seguirá siendo el DT de Argentina? Sólo Chiqui Tapia lo sabe.