Gabriel Barbosa llegaba como figura y goleador del Flamengo a la definición ante River y pese a jugar un partido discreto, terminó siendo el héroe de la consagración del Mengao y, de yapa, igualó un récord histórico que ostentaba en soledad Juan Román Riquelme: convertir en todas las fases y salir campeón.
El delantero brasileño terminó como goleador de la Copa con nueve tantos y como la gran figura del certamen, sobre todo por sus apariciones en los momentos decisivos porque en la fase de grupos marcó apenas dos goles (ante San José, de visitante, y ante Liga de Quito, de local) pero a partir de los mano a mano mostró lo mejor de su repertorio.
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En octavos marcó un doblete para forzar los penales ante Emelec, en cuartos metió el gol del empate en la revancha ante Inter de Porto Alegre tras el 2-0 del partido de ida. Frente a Gremio, volvió a marcar por duplicado en la goleada por 5-0 en el Maracana por las semifinales. Y selló su Copa soñada con los dos goles en la final ante River. Sin ser goleador, Román había logrado la misma marca en 2007, cuando Boca se consagró campeón de América por última vez con el máximo ídolo en un nivel superlativo.
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