viernes 26 de abril del 2024

Lionel Messi, el genio que se aburre

Un libro revela costados poco conocidos del crack. "Vive gran parte de su vida a través de un Blackberry", dice Leonardo Faccio, su autor.

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Todo lo que no es jugar al fútbol termina por aburrilo y vive gran parte de su vida a través de su Blackberry. Un nuevo libro sobre Lionel Messi devela algunos costados poco conocidos del crack del Barcelona y la Selección, ese pibe tímido que hoy ocupa el trono de "mejor jugador del mundo".

"Messi es el único genio que no se parece dentro y fuera del campo", dice el periodista Leonardo Faccio, un argentino que hace diez años vive en Barcelona y que acaba de escribir Messi: el chico que siempre llegaba tarde.

"El pecho afuera de Maradona, la elegancia de Zidane, la sonrisa de Ronaldinho, la soberbia de Cristiano Ronaldo...todos son la misma persona dentro y fuera de la cancha", explicó Faccio en una entrevista con el diario catalán Sport. "En cambio, Messi, ese jugador eléctrico que vemos todos por la tele, se desenchufa fuera del terreno de juego. Un chico en apariencia simple, pero que finalmente resulta una persona compleja", explica.

"Sus palabras lo limitan más que explicarlo", dice el periodista, que entrevistó a "más de cien" personas del entorno de La Pulga para describir su faceta más humana. "No hay que interpretar sus palabras, porque habla muy poco o nada, sino sus gestos y sus acciones", asegura.

Faccio dice que él habla del Messi "que no vemos en el terreno de juego", ese al que "le cuesta moverse en las cuestiones más cotidianas", que no disfruta leyendo ni mirando TV. "Todo lo que no sea el juego, cualquier afición que no le permita dominar el desenlace, acaba por aburrirle", afirma.

Según el autor del libro, cuando no juega o entrena, La Pulga se pasa el día durmiendo y "vive gran parte de su vida a través de un Blackberry". Ni siquiera le gusta mirar fútbol: "Sólo le gusta jugarlo", dice Faccio. Y ahí, dentro de la cancha, sufre mucho cuando no gana.

"Vive cada derrota como el fin del mundo", asegura Faccio, "Uno llora cuando espera ser consolado como sucede acá (en Barcelona). En Argentina más que el llanto, lo que hay es frustración, bronca, impotencia. Allí quieren que tenga un rol que él jamás asumió. El de caudillo, el de ser el tipo que se cargue el equipo al hombro", concluye.

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