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La prolongada campaña de Carlos Navarro Montoya registra una interesante particularidad que habla por sí sola de su extensión: es el único arquero en la historia del fútbol argentino de Primera al que le marcaron goles dos jugadores unidos por el hecho de ser padre e hijo.
El 23 de septiembre de 1990, el zaguero Jorge Higuaín le hizo al Mono uno de los goles en el triunfo de River sobre Boca por 2-0. Y el 30 de abril de 2006, Gonzalo Higuaín le marcó en el partido que River y Gimnasia empataron 3-3. Un caso que ni siquiera se había dado con otros arqueros de trayectorias muy largas como Amadeo Carrizo y Hugo Gatti.